En mi vida profesional nunca había tenido un trabajo formal con ninguna denominación cristiana, incluyendo la católica. Pero alrededor de 1995 llegó como director general de Educación el licenciado Harvy Agurto, cristiano católico expulsado por la revolución y que había realizado un trabajo evangelizador y social con los exiliados nicaragüenses en Costa Rica, inició la formación de una Asociación de Docentes Cristianos con el apoyo espiritual del jesuita Pbro. Santiago Anitua, hombre de Dios a quien tampoco conocía. Apoyaba en la revista y en las prédicas a docentes en los departamentos e incluso a los prisioneros en las principales cárceles de Managua, y fue en las capacitaciones cristianas donde participantes, algunos dirigentes y pastores de otras denominaciones, me preguntaron sobre la Profecía Luz de los Pueblos, en la que se inducía Nicaragua. Para esa época conocí en Jinotepe a la familia Stnweizer, americano-judío que había vendido un taller mecánico y propiedad para poder radicar a Nicaragua, por un llamado profético dejando sus hijos en los Estados Unidos. A comienzo del presente siglo también vino a Nicaragua un cristiano científico norteamericano, Helvin Landers, por una revelación profética del país en un futuro inmediato en un rol en lo espiritual, con énfasis en los componentes agua y cultivo para los nuevos momentos.
Una dama de apellido de abolengo contó que en España algunos miembros de la alta jerarquía le preguntaron sobre la profecía y las condiciones de Nicaragua. En la década pasada el evangelista y cantante Marcos Witt, antes de desarrollar su programa en Managua, habló inesperadamente anunciando la existencia de un plan o profecía de Nicaragua, un mensaje del Espíritu Santo sobre dones artísticos profundos que se estaban realizando y el rol de los jóvenes en música espiritual y salmista, porque a Nicaragua Dios le tiene un propósito. De todo lo que he escuchado y como cristiano creo que lo sobrenatural son los hechos en el tiempo de Dios y no en el tiempo lineal o cronológico del hombre. La profecía Luz de los Pueblos y su relación con Nicaragua se resume así:
1.- “Después de la guerra destructiva en la que estarán involucrados los principales países del mundo por verdaderas razones económicas y políticas, después de la destrucción de sus principales ciudades, industrias y recursos. El mundo quedará como absorto, como incrédulo, como estupefacto y enajenado. Entonces de algunos países saldrán laicos, sobre todo los jóvenes a evangelizar y enseñar el verdadero Reino de Dios; un movimiento guiado e impulsado y protegido por el Espíritu Santo. Él hablará en boca de los nuevos evangelizadores. No sea tarea de sacerdotes, ni pastores, ni a la sombra de una denominación determinada”.
2.- El Espíritu Santo. Como miembro de la divinidad el Espíritu Santo estaba presente antes del tiempo y permanecerá después “de que el tiempo ya no sea más”. Él es el Espíritu del Padre y del Hijo; un eterno paracleto, consejero y ayudante en la Triada Divina. En todo lo creado está presente como Espíritu de sabiduría y entendimiento, de consejo y de poder, de temor y amor a Dios, un consolador que nos fue enviado a permanecer con la humanidad para sobrellevar la lucha en esta vida terrenal; un ayudante que calma nuestros temores y guía nuestras vidas por el camino que va al Padre.
Dice el predicador y sanador Benny Hinn, en par de obras referidas al Espíritu Santo: “Se debe entender que el Espíritu Santo es una persona, no es una fuerza ni es una influencia. Solo cuando lo entendemos podemos apropiarnos de su trascendental obra. Las escrituras nos enseñan que es una verdadera persona con intelecto, emociones y voluntad; que piensa, siente, comunica, percibe y responde; que da y recibe amor. Se contriste cuando se le hiere.
El es inmensamente hermoso tierno y amante. Una persona que quiere relacionarse contigo. Para la famosa sanadora vidente y predicadora Kathryn Kuhlman: “Él es más real que cualquier cosa en este mundo. Para mí es más real que ustedes. Una persona a la que se debe conocer. Él está a nuestro lado para entender la Biblia, ayudándonos a orar, capacitándonos más de nuestro Salvador y de nuestro maravilloso Padre Celestial”. Todos somos creados por Dios, pero no todos son hijos e hijas de Dios; son muchos los llamados pero pocos los escogidos. En esta lucha entre la vida mundana y la espiritual el encargo del Espíritu Santo es ungir con su poder a todos los cristiano y a los que acepten el mensaje salvador de nuestro Señor Jesucristo. Siempre han sido menores las personas espirituales “hijos de Dios” y mayores los que viven para las cosas del mundo; en un mundo cargado de tentaciones, violencias, odio, aberraciones, injusticias, abusos y corrupciones. El Espíritu Santo unge para la victoria, brinda dones, bendiciones, nuevas energías y frutos espirituales a los hijos de Dios en este planeta. Jesús dijo: “Él me glorificará, porque tomará de lo mío y lo hará saber, Él guiará a todas las verdades”. En el ministerio de Trinidad, Él es el Señor dador de la vida, quien procede del Padre, quien habla por los profetas. Lamentablemente existen sectores en las denominaciones cristianas que no conocen la naturaleza poderosa y divina del Espíritu Santo.
Jesús dijo: “Por lo tanto, id y haced discípulo a todas las naciones, bautizarán en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. Posee plenamente todos los atributos de la deidad, por lo que está presente en todos lados; lo conoce todo y lo escudriña; hace universo de lo que llamamos nada, da vida donde no había, produce vida de la muerte.
3.- La historia del hombre es la historia de la violencia y la destrucción. Dios hace la historia de lo creado, Él conoce cómo se inició y cómo terminará todo, su plan es perfecto en su tiempo y en el espacio. Pero en el caso del hombre, creado a imagen y semejanza permite los desaciertos de sus decisiones en el tiempo de Dios. Los propósitos de Dios no fallan; los fracasos de los hombres son oportunidades de Dios. Él es respetuoso del libre arbitrio de sus erradas decisiones, de los malos gobiernos, de las guerras, las explotaciones, las corrupciones, no hemos podido entender lo que dijo Zacarías: “No es con ejércitos, ni con fuerzas, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”.
Las cosas se hacen en el tiempo de Dios, no en el cronológico o lo real que hemos inventado, donde existe un pasado, un presente y un futuro. Después de Albert Einsten las nuevas generaciones de científicos ya no creen en el tiempo lineal. En el libro Eclesiastés capítulo 3: El tiempo humano y el tiempo de Dios que lo dice en el versículo 15: “Lo que es, ya existió, lo que será, ya fue; Dios restaura lo que pasó”. Porque su obra es perfecta y Él es un Dios respetuoso y perdonador. Bendito sea el Señor, su Hijo y el Espíritu Santo.
El autor es ex Asesor de la Dirección general del Med.