El portugués del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, logró este lunes su cuarto Balón de Oro, el segundo jugador de todos los tiempos que lo consigue después del argentino del Barcelona, Lionel Messi, que atesora cinco.
A sus 31 años, la estrella lusa continúa inquietando a su mejor rival, dos años más joven, y entre ambos se han repartido las últimas nueve estatuillas doradas.
La recompensa individual vuelve a señalar este año al rostro más visible que ha llevado a sus equipos a sumar los títulos más importantes del año.
Le vainqueur du Ballon d’Or France Football 2016 : CRISTIANO RONALDO #ballondor pic.twitter.com/IP5J2s7pqk
— France Football (@francefootball) 12 de diciembre de 2016
El jugador nacido en Funchal, en la isla de Madeira, ve recompensado su esfuerzo el año en el que levantó su tercera Liga de Campeones, la segunda con el Real Madrid, además de su primer trofeo con la selección portuguesa, la Eurocopa de Francia.
Sus cuatro Botas de Oro (2008, 2011, 2014 y 2015) atestiguan el idilio con el gol de este futbolista de fuerza y talento, ambicioso y, a menudo, acusado de individualista, pero que ha conducido a los equipos en los que ha militado a las más altas recompensas.
Un carácter muy particular que le ha llevado a despertar tantas admiraciones como odios, tantos fans como enemigos.
De camino, CR7 ha construido una marca en torno a su figura, imagen comercial sin par en el mundo del futbol, icono mediático y emprendedor en multitud de campos.
Toda una marca
Calzoncillos, perfumes u hoteles llevan el marchamo de este jugador, acostumbrado a mostrar sin pudor sus abdominales, convertidos en parte de su personaje, tan presente en la prensa deportiva como en el papel “cuché”.
Sus empresas dentro y fuera del césped despiertan un enorme interés, un influjo que ha marcado de forma decisiva la vida de este joven que abandonó pronto el domicilio familiar en el barrio de Santo Antonio para integrar el centro de formación del Sporting de Portugal.
Instalado con 11 años en una pensión de Lisboa, alejado de su familia, Ronaldo mostró ya desde entonces su total determinación a perseguir su sueño, el de convertirse en el mejor jugador del mundo.
En cada entrevista, en cada declaración, el futbolista deja patente su ambición, bien resumida en el Balón de Oro que ha jalonado buena parte de su carrera, al igual que su rivalidad por conseguirlo con Messi.
Sin ser capaz de lograr otra liga española, quizá la principal mácula de su palmarés, fue una pieza importante de la Liga de Campeones conseguida este año, la undécima del club. Al tiempo, se convirtió en el máximo anotador de la competición.
Aunque una lesión le obligó a retirarse en la final de la Eurocopa contra la anfitriona Francia, levantó el título en una competición en la que es el máximo goleador de la historia.