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La pérdida de las reservas internacionales

La pérdida de Reservas Internacionales Netas Ajustadas del Banco Central de Nicaragua al 15 de diciembre ascendió a 91.7 millones de dólares.

La pérdida de Reservas Internacionales Netas Ajustadas del Banco Central al 15 de diciembre ascendió a 91.7 millones de dólares. Esta pérdida puede analizarse por el lado monetario, y por el lado de los flujos de divisas.

Por el lado monetario, la pérdida de reservas monetarias es igual a la variación de los Activos Internos Netos del Banco Central, principalmente el crédito al Gobierno y al Sistema Financiero, menos la variación de la demanda por dinero (numerario).

Permaneciendo constante la demanda por dinero, si el crédito interno del Banco Central al Gobierno y al Sistema Financiero, y en general sus Activos internos Netos se expanden, se producirá una pérdida de reservas internacionales de la misma magnitud que dicha expansión, y si se contraen, el resultado será un aumento equivalente en las reservas internacionales.

En los años anteriores, las reservas internacionales aumentaron debido a que el crédito interno neto del Banco Central se contrajo, debido a que, en vez de prestar dinero al Gobierno y al Sistema Financiero, estos últimos le transfirieron recursos al Banco Central. En el caso del Gobierno, estas transferencias obedecieron principalmente a la sobre-recaudación y/o a la sub-ejecución presupuestaria. En el caso del Sistema Financiero, al aumento del exceso de encaje sobre los depósitos en moneda nacional y al incremento de sus recursos de caja depositados en el Banco Central.

Este año, la pérdida de reservas internacionales obedeció a que los Activos Internos Netos del Banco Central se expandieron en 138.9 millones de dólares debido, principalmente, a un retiro neto de 27.4 millones de dólares del encaje sobre depósitos en moneda nacional por parte del Sistema Financiero, a la redención de títulos emitidos por el BCN por 53.7 millones de dólares, y a una pérdida cuasi-fiscal (costo del funcionamiento y las operaciones del Banco Central) por 39.5 millones de dólares.

Esta expansión se vio parcialmente contrarrestada por un incremento en la demanda de dinero (numerario) por 47.2 millones de dólares. La expansión de los Activos Internos Netos por 138.9 millones de dólares menos el aumento de la demanda de dinero por 47.2 millones de dólares, dio lugar a la mencionada pérdida de reservas por 91.7 millones de dólares.

Desde el punto de vista de los flujos de divisas, la perdida de reservas internacionales obedeció fundamentalmente a un fuerte incremento en la venta neta de divisas en el mercado cambiario por parte del Banco Central que, de una compra neta por 221.8 millones de dólares en 2015, pasó a una venta neta de 113.4 millones de dólares.

Este fuerte incremento, en la venta neta de divisas, podría explicarse en buena medida por los mayores pagos por la factura petrolera con Venezuela (porque antes no se desembolsaban divisas para pagar dicha factura, pero ahora se debe pagar en efectivo la mitad de la misma) y por el pago del servicio de la deuda derivada del crédito petrolero otorgado por ese país (equivalente a la otra mitad de dicha factura).

De hecho, la razón fundamental por la cual el país pudo acumular reservas internacionales en los años pasados, fue el hecho de que no se desembolsaron divisas para el pago de la factura petrolera con Venezuela, debido a que la mitad de la comercialización interna de los hidrocarburos suministrados por ese país hasta 2015 se destinaba a la compra de alimentos a ser exportados a ese país, y la otra mitad ha asumido la forma de un crédito.

Si el país eventualmente tuviese que pagar la totalidad de la factura petrolera en efectivo, como ocurría antes de 2007, y el precio del petróleo se incrementa, para evitar una pérdida anual sistemática de reservas internacionales mucho mayor, el Gobierno debía hacer transferencias anuales muy fuertes de recursos al Banco Central, recurriendo a la sobre recaudación pero, como este expediente ya no bastaría, se debería recurrir a drásticos recortes del gasto, incluyendo ante todo el gasto social.

(*) Economista
[email protected]

Economía Adolfo Acevedo archivo

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