Organismos defensores de los derechos laborales coinciden en que este año se elevó la violación a este derecho fundamental de los trabajadores en Nicaragua, porque se criminalizó y condenó la protesta laboral a través del poder judicial.
Todo esto, según expertos, a vista y paciencia de dirigentes de centrales sindicales que ya no representan los intereses de su gremio sino obedecen a intereses partidarios.
“Considero que hay un fracaso en la dirigencia sindical que no está llevando los verdaderos problemas del trabajador a la mesa tripartita o está negociando mal o está negociando posiciones de poder, mediatizando la lucha de los trabajadores”, dijo Sandra Ramos, del Movimiento De Mujeres Trabajadoras María Elena Cuadra.
La lucha sindical por mejores condiciones laborales, respecto a los convenios colectivos y respecto al fuero sindical fueron judicializados desde diciembre del 2015 con la protesta de los trabajadores de Mina El Limón a quienes reprimieron los antimotines y a los trabajadores de Chichigalpa, quienes demandaban reintegro laboral de sus dirigentes y el cumplimiento del convenio colectivo.
Condena judicial
Los trabajadores de ambos lugares fueron acusados por una serie de delitos (incendio, daños, lesiones, entre otros) en Managua, sustrayéndolos de su domicilio; fueron procesados bajo prisión, aunque al final el juez Henry Morales de forma oficiosa los dejó en libertad y sobreseyó la persecución penal.
Trabajadores afectados estaban claros que el mensaje estaba dado, pues fueron golpeados por los policías y sentenciados a no volver a protagonizar protestas, dicen los expertos.
“El Estado debe tutelar los derechos del trabajador, pero el Gobierno se ha convertido en el principal violador y deja que la empresa privada haga lo mismo. Los sindicatos han sido vulnerados puesto que han dejado de representar los intereses de sus agremiados. Vemos dirigentes que en su momento tuvieron relevancia y ahora están plegados a merced de los empleadores”, dijo Álvaro Leiva, secretario ejecutivo de la Asociación Pro Derechos Humanos de Nicaragua (ANPDH) .
No hay diálogo
Ramos agregó que en la mesa tripartita no hay diálogo porque en el caso de la protesta de trabajadores de zona franca de capital coreano Sae A Technotex S.A., fueron condenados en noviembre pasado, 10 trabajadores a tres años de cárcel por obstrucción de funciones y daños graves, en perjuicio de la Policía Nacional y la empresa coreana, en vez de arreglar el problema en la mesa de negociación y ninguna central sindical los apoyó.
“Esta sentencia es un grave precedente para el movimiento laboral, porque es la criminalización de la protesta y se pudo evitar si se hubiesen escuchado las demandas de los trabajadores en la mesa de negociación”, dijo Ramos.
La activista del Movimiento María Elena Cuadra, agregó que “los trabajadores hace rato están denunciando que están haciendo tres operaciones por el precio de una y de nada sirve sentarse a discutir salarios porque cada vez que aumentan centavos al salario mínimo, aumenta la meta de producción, entonces es un circulo vicioso, cómo quieren que los trabajadores tengan paz laboral sin están siendo sobre explotados”.
Más demandas de trabajadores
Otros problemas que aquejan al gremio laboral es que para poder ganar un salario digno deben hacer más de 40 horas extras lo que genera una sobre explotación del trabajador.
También están siendo víctimas de usura porque en busca de completar el salario digno que cubra sus necesidades básicas, se endeudan con una red de prestamistas que funcionan dentro y fuera de las empresas y les cobran altos intereses, pero estos problemas no son llevados a la mesa tripartita.
También les están dando reposo en vez de subsidio en las clínicas previsionales, porque así no lo tiene que pagar el patronato.
“La macroeconomía crece, pero la microeconomía no, no hay distribución justa de la riqueza, la política fiscal va dirigida a favorecer a inversionistas y empresarios, pero hacia abajo pagamos hasta los impuestos que deben pagar estos porque lo pasan al servicio o al producto que compramos los consumidores, nos están ahogando”, agregó Sandra Ramos.