La labor de un pícher necesita más reconocimiento cuando aparte de asumir como propio el destino de un equipo, sube a la colina y libra sus propias batallas, en silencio. Eso le ocurrió al dominicano Robinson López, quien lució soberbio frente al Bóer, pero a lo mejor pocos se enteraron que en el segundo episodio sintió molestias en su espalda, como si dos manos imaginarias se la retorcieran.
“Eso me ayudó a sacar el tigre que hay en mí. Lancé con el corazón, no fue fácil continuar trabajando así, me estrechaba y salía a pelear cada inning”, comentó López al periodista Miguel Mendoza, después de la victoria de 3-0 de los Gigantes de Rivas sobre los Indios del Bóer, para nivelar la semifinal a un juego por bando.
Luego de siete entradas de trabajo, en las que admitió cuatro imparables, López salió victorioso, dejando plantada en la tierra del montículo una bandera de satisfacción. “Me dio resultado la recta. Colocar el primer picheo en la zona de strikes, creo que esa fue la clave”, argumentó. Por el Bóer, Fidencio Flores tuvo una gran presentación en igual trayecto, pero los errores de la defensiva no lo respaldaron.
El mánager Germán Mesa sabe que puede contar con Carlos Téller como abridor y relevista. Ayer le dio el segundo rol y Téller no lo defraudó, al conseguir su primer juego salvado en dos entradas de un imparable.
“Estoy listo y motivado para lo que venga”, declaró Téller.