La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, no observa ningún cambio institucional significativo durante el presente año con relación al 2016 con respecto a la vigencia de los derechos humanos por parte del gobierno.
Y aunque dice que 2017 no empezó con un caso de violación de derechos humanos en particular, critica la situación que viven los indígenas de Prinzapolka, sin que el gobierno busque una solución inmediata al mismo, lo cuales resultado de la situación de indolencia que el gobierno ha mantenido al conflicto de la venta de tierras indígenas en el Caribe.
“¿Cómo es posible que el gobierno no se interese en solucionar este problema que ha creado con la invasión de los pueblos indígenas?” Preguntó Núñez quien recuerda que fue el mismo gobierno que expuso a los colonos a invadir tierras y ahora hay cinco retenidos.
Sobre los nombramientos
Núñez agrega que no aprecia “ningún gesto diferente que haga establecer una diferencia entre el Daniel Ortega autoritario, centralista, agresivo, represor con el que termina el año 2016 (…) al contrario estoy viendo más centralización, más confusión en cuanto a la estructura del estado”.
Dice que el nombramiento del general en retiro, Omar Halleslevens, como ministro delegado para el presidente de la República para Asuntos Específicos por decreto, lo que indica es que Ortega seguirá gobernando por decreto. Y demuestra también que “organiza el país a su antojo, como si fuese su casa particular”, estima Núñez.
En el caso de la vicepresidenta designada por el Consejo Supremo Electoral, Rosario Murillo, Núñez piensa que se está convirtiendo “en una señora multiuso”, esto porque a su criterio, acapara una serie de representaciones: primera dama, vicepresidenta y es jefa de comunicación y ciudadanía.
2 funcionarios fueron los únicos nombrados legalmente desde la óptica de la doctora Vilma Núñez, pues señala que lo que hubo fue nombramientos de asesores con rango de ministros.
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