Argelio Córdova Aguiar, el mánager que tuvo dos patrias, este sábado 21 de enero será acogido por una tumba en tierras chinandeganas, donde vivió gran parte de su existencia, aunque sus alegrías, la destreza en la cocina, el baile, sus logros deportivos y sus frases famosas quedarán en el corazón de los chinandeganos.
Autoridades municipales, aficionados y personalidades del beisbol local se han presentado para solidarizarse y apoyar a la familia desde la madrugada de este viernes, cuando se conoció de su partida.
Córdova vivía con su hijo Rafael Córdova Rojas, en la Colonia de la Policía Nacional, donde dio el último suspiro.
El legendario mánager de la selección nicaragüense en el Mundial de 1972 sufrió una recaída en su salud por una trombosis cerebral y problemas renales que se le desarrollaron el año pasado, cuando fue internado en los hospitales Vivian Pellas, Hospital Militar y La Fraternidad.
Luego fue trasladado con una leve mejoría a Chinandega hasta que la muerte lo sacó de juego.
Marcial Mejía Tercero, reconocido promotor deportivo, estuvo atento a la salud de “La Bruja Córdova” y refirió que fue un personaje que marcó la historia deportiva de este país: “Así lo vamos a recordar, con mucho cariño”.
El apodo de “La Bruja” fue impuesto por la publicidad de la fábrica de escobas La Bruja, de Managua, que brindaba en los micrófonos el cronista “Káiser Uriarte”.
Este se refería así a Córdova al narrar las atrapadas que ejecutaba en la segunda base.
Rafael Córdova recordó algunas de las frases de su padre: “Recoge los bates y vámonos”, “Olvídate chico, la medalla viene”, “Ponle sello”, “Por la raya”, “La cáscara cubre al palo”.
“Él prefirió estar aquí en Chinandega, siempre quiso, amó y se murió queriendo a Chinandega”, mencionó su hijo Rafael.
Este reconocido personaje nació el 17 de octubre de 1934 en Batabanó, Cuba sur y oeste de la provincia de Mayabeque, llegó definitivamente en 1956 como segunda base para el equipo 5 Estrellas de la pelota profesional de entonces y se radicó en el país, donde se casó con la granadina Ángela Rojas de Córdova.
Sus hijos viven en Oakland, Estados Unidos, El Salvador, Chinandega y Managua.
En 1978 viajó a El Salvador y en 1984, cuando Argelio regresó de El Salvador por gestiones del chinandegano Plutarco Anduray y Emmet Lang, fue presentado a la fanaticada chinandegana en el Estadio Municipal Efraín Tijerino Mazariego, donde fue ovacionado.
Su vela se realizó en Funeraria Heráldica, de la ciudad de Chinandega. Las honras fúnebres están programadas para las 2:00 de la tarde de este sábado 21 de enero, previa misa en la parroquia Santa Ana.
Trascendió de la pelota
Enrique Armas, cronista deportivo y vicealcalde de Managua, dijo en el programa Hit Deportivo, de Juan José Hernández, que Argelio Córdova vivió la vida intensamente, en su faceta de mánager, en el campo gastronómico y del entretenimiento. “Tuve el honor de tratarlo no solamente como cronista, sino como vecino y compañero de trabajo en Radio Sandino. Su faceta no se limita a la crónica deportiva, es una personalidad que trasciende lo beisbolero, lo deportivo, hasta el léxico nicaragüense”, expresó Armas. Córdova fue homenajeado hace una década por la crónica deportiva y fue exaltado al Salón de la Fama.
Murió lejos de su Cuba
Desde que salió de Cuba en 1956 para venir a jugar pelota en Nicaragua, Argelio Córdova no pudo volver a su patria al ser considerado enemigo de la revolución. Argelio se había enrolado en el Ejército cubano como soldado para jugar beisbol, fue asignado a técnico de Aviación antes de la revolución de 1959. Luego de la caída del régimen de Fulgencia Batista a todos los militares los perseguían para apresarlos o fusilarlos y por eso él no regresó. Fue hasta 1992, dirigiendo para Nicaragua, que pudo volver a su patria, pero ya no quiso quedarse a vivir.
