Cuando uno de los dedos de cualquiera de sus manos se queda contracturado, flexionado o “encogido” decimos que esta persona es portadora de “dedo en gatillo” causado por tenosinovitis: inflamación del tendón y la membrana sinovial que cubre por dentro al dedo y permite su libre movilidad.
A cualquier edad puede aparecer (Tenosinovitis estenosante digital), pero más frecuente después de 45 años y en mujeres. En adultos el tercer dedo es el más involucrado y en niños suele verse en el dedo pulgar. Tienen más riesgo costureras, sastres, carniceros y dentistas.
Los pacientes pueden quejarse de dolor en la mano y experimentar una sensación de chasquido cuando flexiona o contrae el dedo y durante la extensión. Lo más común es un solo dedo el afectado, pero si hay más de un dedo lesionado debe pensarse en enfermedades generalizadas.
El dedo en gatillo puede “destrabarse” una vez que ha quedado flexionado o en gatillo, pero en algunas pacientes queda como “capturado” o incarcerado, fijo en flexión.
Hay que averiguar si se produce dolor en la extensión y descartar la posibilidad de que haya un nódulo o “pelotita” en la articulación de la muñeca que explique los síntomas.
Se ha logrado establecer la frecuencia en que se afectan los dedos: el primer dedo pulgar 35 por ciento (niños), índice un 10 por ciento, anular 15 por ciento y el meñique o quinto 5 por ciento.
Sobre el origen: un porcentaje de pacientes es de causa desconocida y en otros se detecta que son secundarias a diabetes, artritis reumatoidea, gota, malfuncionamiento de tiroides y enfermedades raras como histiocitosis y amiloidosis.
El tratamiento consiste en aplicar inyecciones antinflamatorias en el dedo afectado lo cual tiene eficacia de 60 por ciento y en caso de no obtener respuesta, liberación quirúrgica de la tenosinovitis con el cirujano de mano.
