Después de noquear en menos de veinte segundos al jinotegano José Rizo, pelea en la que volvió a verse cuán efectiva y castigadora puede ser esa zurda que lo convierte en temible, el buen prospecto Melvin “Melo” López se encontrará el 31 de marzo por fin con la oportunidad de ganarse un título, el que para su gozo es el Latinoamericano de las 115 libras del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
La evolución de “Melo” dentro del cuadrilátero, desde que aterrizara en paracaídas en el profesionalismo en septiembre del 2015, puede ser reflejada en dos tipos de cuadros: él como artista principal destruyendo y él atravesando un valle de espinas con los pies descalzos. Aun con todo está invicto en nueve combates, con seis nocauts y la oportunidad del cinturón sin duda elevará sus ambiciones.
“Melvin va a pelear con un mexicano”, confirmó su manejador Pablo Osuna, quien pondrá esta vez al muchacho como atractivo de la velada que desarrollará por medio de su empresa Nicaboxing, en alianza con WRAM Boxing. El otrora boxeador aficionado chocará por primera vez ante un extranjero, en medio estará el título, y el ascensor que podría llevarlo más alto.
Por lo visto López está recuperado de la molestia que lo aquejaba en su mano izquierda, pero la interrogante necesaria es si se establecerá en la división de las 115 libras, después de un inicio en 108 y de su paso por 112.
En esa misma velada defenderán sus cinturones Félix “El Gemelo” Alvarado y Cristofer Rosales. El primero es dueño del cetro Latinoamericano de las 108 libras del Consejo Mundial de Boxeo y el segundo atrapó recientemente el mismo fajín, pero en versión 112 libras.