Letty Aminta Olivas Montoya, de 28 años y quien supuestamente la noche del miércoles mató de una estocada en el abdomen a su pareja Agner Rugama Bustamante, fue puesta en prisión preventiva luego de que la juez Alma Pino Irías, del Distrito Penal de Estelí, aceptó la acusación por el presunto delito de homicidio.
El supuesto homicidio ocurrió en el barrio El Esfuerzo número 2 de Condega, cuando en aparente estado de ebriedad la víctima, de 25 años, golpeó a su hijastro, de 11 años de edad.
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“Letty Aminta tomó un cuchillo y aprovechando el estado de indefensión de Rugama Bustamante lo atacó con el cuchillo que portaba y le ocasionó una herida al lado del ombligo, logrando la acusada privar de la vida al ciudadano”, según la lectura del Ministerio Público.
De acuerdo con la versión de un vecino, el miércoles por la noche se escuchó una fuerte discusión entre la pareja y luego el hijastro de Rugama salió herido en su cabeza, lo cual habría provocado la furia de la mujer, quien no dudó en defender a su hijo.
Siempre tomaba licor
La acusada no contaba con un abogado defensor, por lo que la jueza le nombrará uno de oficio para la próxima audiencia inicial que se realizará el 5 de mayo a las 8:30 de la mañana.
Belky Reyes Ríos, coordinadora de una de las organizaciones de mujeres de Estelí, informó que darán el apoyo necesario a Olivas, incluyendo asesoría legal.
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Familiares de la acusada fueron los únicos que estuvieron presentes en la audiencia, donde narraron la situación que vivía la acusada en la relación con el fallecido. “Siempre tomaba licor y supuestamente otro tipo de droga”, dijo una familiar. “Hoy nos damos cuenta que la tenía amenazada” expresó Elisa Lourdes Montoya, su mamá.
Policía sin gasolina
Según el relato de Montoya su hija tenía aproximadamente un año de estar conviviendo con la víctima, a quien recogió de la calle porque le causó pesar ver que era un alcohólico, al igual como lo fue su papá. Sin embargo cuando Letty comenzó a recibir maltrato por Rugama puso la denuncia ante la policía, donde llegó a una mediación, pero “ella ya ni dormía bien porque el hombre nuevamente la amenazaba con hacerle daño a sus dos hijos (de 11 y 4 años)”.
Pedro Ramón Olivas, papá de la acusada, confirmó que el día de la discusión llamaron a la policía, pero dijeron que no podían llegar porque no tenían gasolina.