Giovanni Sartori, fallecido recientemente, es sin duda uno de los más grandes filósofos políticos del siglo XX y de lo que va de la presente centuria. Su muerte trae de nuevo con mayor énfasis, la reflexión y debate sobre sus ideas y el contenido de su pensamiento, principalmente en lo que se refiere a la democracia, tema sobre el cual y por el cual, se ha construido, y se construye, un universo conceptual ligado a la realidad del mundo contemporáneo y a la solidez de sus formulaciones filosóficas y políticas.
Sus libros, entre los que se pueden mencionar; Teoría de la democracia; ingeniería constitucional comparada; Qué es la democracia; Partidos y sistemas de partidos; Homo videns, la sociedad teledirigida, son un referente fundamental al pensamiento filosófico y sociológico de nuestro tiempo.
Sus ideas no pretenden ser una fórmula absoluta que define los problemas que se presentan en la actualidad, ni una interpretación irreversible de lo que estos han sido a través del tiempo y del espacio, sino un desafío a la reflexión, al ejercicio del pensamiento crítico, en el que se debaten e integran los diferentes puntos de vista, las distintas perspectivas de los acontecimientos que han constituido la realidad histórica de la humanidad.
Son un estímulo al análisis de los acontecimientos, un ejercicio intelectual a partir del cual cada quien tiene su propia lectura de lo acontecido y a partir de ahí construye las hipótesis correspondientes, las que en algunos casos coinciden y en otros discrepan con las diferentes interpretaciones que sobre determinados acontecimientos se formulan.
Así encontramos en sus obras el tratamiento de temas que plantean la condición social, cultural y humana, a partir del dominio de la tecnología, cuyas consecuencias las analiza en forma esclarecedora en los diferentes capítulos en Homo videns, la sociedad teledirigida a través de los cuales plantea temas como La primacía de la imagen, El progreso tecnológico, El empobrecimiento de la capacidad de entender, La opinión teledirigida, Video-política, También la imagen miente, ¿Y la democracia?, Video elecciones, La aldea global, Racionalidad y post pensamiento, para mencionar algunos de los temas tratados en su estupendo libro.
De particular importancia son las ideas planteadas en Teoría de la democracia y en otras obras que se refieren al tema. En una apretada síntesis escogeríamos algunas que a nuestro modo de ver son fundamentales. Entre ellas, la idea de que la crisis en la que nos estamos deslizando tiene que ver con la incapacidad de guardar la debida proporción entre las ambiciones y los medios.
De igual manera su referencia a la ideocracia o poder de las ideas en la construcción de la democracia, y sus consideraciones acerca del debilitamiento de la democracia liberal debido a la subordinación de las ideas o ideales a la ideología, haciendo devenir a esta en un conjunto de normas y verdades absolutas.
Considero un punto de análisis muy importante el que se refiere, comentando a Rousseau, a la indisociable relación entre libertad e igualdad, puesto que la libertad no puede existir sin la igualdad; de la misma manera la valoración y puesta en práctica de la democracia participativa y la democracia representativa.
A través de su obra Sartori analiza, entre otros muchos temas: ¿Qué es democracia? La búsqueda de una definición, Democracia Gobernada y Democracia Gobernante, Lo que no es la democracia, Democracia versus autocracia, Libertad y Derecho, Igualdad, Liberalismo y Democracia. Para mencionar solo algunos de los múltiples temas desarrollados por Sartori, los que han abierto un espacio de diálogo y debate alrededor de los mismos.
A partir de las consideraciones de Sartori y del análisis de la experiencia histórica de la democracia, pienso que un objetivo de la democracia y el Estado de Derecho es la búsqueda de la coincidencia entre legalidad, fuente formal del poder, que es el apego a la norma jurídica, y legitimidad, que es la subordinación de la ley a la voluntad general.
Hay una relación entre el poder, la ley que le da su validez formal, y la voluntad colectiva que le da legitimidad. Es pues fundamental en la democracia, establecer y mantener la coherencia entre el mundo formal y el mundo real, entre el mundo lógico conceptual y la realidad estructural.
Un tema básico de la democracia es el equilibrio entre la democracia participativa y la democracia representativa evitando los extremos que desvirtuarían esta correlación. Por esa razón hay que evitar, por un lado, que la democracia participativa se desnaturalice en la demagogia y el populismo, y que, por el otro, la democracia representativa se la considere, y más aún que en efecto sea, un antifaz que cubre el rostro de una realidad diferente a sus enunciados y promesas.
Conviene recordar, en todo caso, que Alexis de Tocqueville, en su obra La democracia en América, hace ver que el sentido esencial de la democracia está íntimamente ligado a la idea de la libertad política. Por otra parte, Aristóteles, en su obra La Política, advierte que el peligro de la democracia radical consiste en que esta pueda devenir una tiranía.
Si en el concepto y práctica originarios de la democracia directa y participativa, el riesgo es la posibilidad de que se instaure la dictadura de las mayorías, el de la democracia representativa, que tiene como núcleo el ejercicio de los partidos políticos, es el que puede derivar en la hegemonía de las minorías a expensas de las mayorías que dice representar.
¿Cómo garantizar que junto a la democracia representativa se de la democracia participativa? ¿Cómo garantizar la efectiva participación de las mayorías? Creo que en las respuestas a estas preguntas y en su puesta en práctica, se encuentra la posibilidad de revitalizar la democracia. La identificación de los nuevos sujetos sociales y la participación de los mismos en la elaboración de las políticas públicas, se vuelve imprescindible. Se trata de encontrar un sistema que integre verdaderamente la representación con la participación directa, lo que en el fondo significa integrar la democracia representativa y la democracia participativa en una auténtica y verdadera democracia.
Estos y muchos otros temas surgen a partir de los pensamientos y escritos de Sartori acerca de la democracia, con los que se puede o no estar de acuerdo, dependiendo de los puntos de vista que cada quien adopte para la interpretación de los hechos y conceptos analizados. Pero más allá de las coincidencias o discrepancias, lo fundamental es el formidable aporte del autor al análisis y debate racional sobre estos asuntos.
El autor es jurista y filósofo nicaragüense.