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Lionel Messi

Con par de goles Lionel Messi le da esperanzas al Barcelona de luchar en La Liga en el Clásico. LA PRENSA/EFE

Lionel Messi rescata al Barcelona en victoria ante el Real Madrid

Lionel Messi marcó dos goles, participó de otro y forzó la expulsión de Sergio Ramos el domingo para impulsar la remontada del Barcelona por 3-2 en cancha del Real Madrid.

Navegó por un territorio salvaje, salió con su boca partida y ensangrentada, pero ese pequeño de naturaleza incierta, rebelde y mágica es el amo y señor del futbol. Lionel Messi acabó con el espíritu del Bernabéu, el pragmatismo y el carácter hecho deportista. La fórmula algebraica-futbolística es: Messi, más balón, entre presión abrumadora, es igual a la activación de la épica del genio. Se puede cuestionar su capacidad de liderazgo con dudas razonables, pero del talento de “La Pulga” solo existen certezas cuando sobre sus pies la pelota se convierte en un arma letal en la cancha.
El Barcelona ganó el Clásico 3-2 y es el nuevo líder de la Liga con 75 puntos –igual que el Madrid, pero con mejor diferencia de goles y con un partido más–. Un equipo que estaba ensombrecido por el pasado reciente, con sus aspiraciones por el suelo, su confianza destrozada y su porvenir sobre la cuerda floja, logró conseguir una vida extra. Un equipo azulgrana engañoso, porque si se consideraba que el Madrid tenía todos los argumentos para conseguir el triunfo en casa, hubo un algoritmo variable: Lionel Messi, quien sentenció el encuentro con dos goles coleccionables (33’ y 92’).

…Y SE HIZO LA MAGIA

Un nudo en la garganta. El Real Madrid se sentía fuera de órbita. La épica de regresar al partido estando atrás en el marcador (1-2) con un jugador menos, después del gol de James (85’) tras la expulsión merecida de Sergio Ramos (76’), quedó en la papelera. Cuando un suspiro separaba el final de juego, Sergi Roberto hizo un desborde excepcional como un maratonista, luego de varios toques, el esférico le llegó al mago. El tiempo se detuvo. Un trueno salió de la zurda prodigiosa y el balón penetrando la red de Navas estaba pintado de los colores de la felicidad para los visitantes.

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Madrid vivió el regreso del viejo oeste. Desde el primer minuto los futbolistas parecían hombres dispuestos a matar o morir en el intento, con Umtiti entrando de forma polémica a Cristiano Ronaldo causando un derribo que saltaba la línea de un penalti. Luego Kroos, Casemiro y Modric moviendo los hilos del mediocampo de manera brillante, causando caos al Barcelona, no importaban las consecuencias. Así fue como Messi fue derribado bruscamente por el brasileño que vio la amarilla.
Se estaba haciendo justicia al encuentro con el gol de Casemiro (27’) y la respuesta de Messi (32’), mientras que los porteros tanto como Ter Stegen y Keylor Navas eran piezas claves para el sostenimiento de los marcadores. Posteriormente, Rakitic (72’) saliendo de la tumba marcó con ribetes antológico. Con el desafío en pedazos había desconcierto e incertidumbre en el desenlace, sin embargo el punto final lo escribió el mismo que inició con mayúscula la historia. Este Messi es capaz de tapar cualquier hemorragia, es el amo y señor del futbol y puede hacer lo que le dé la gana.

 

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