14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
Gonzalo Cardenal M.

¿Cómo enfrentar esta cultura?

Espero que todos hayamos captado la magnitud del peligro en que se encuentra nuestra juventud, y por ende, nuestro futuro.
Ahora me gustaría concluir resumiendo muy rápidamente las características de esa cultura juvenil, el núcleo de su mensaje, los medios que lo difunden, y la estrategia y objetivos de quienes la manejan.

Todo esto está en manos de un grupo relativamente pequeño de adultos que han tomado el control del mundo juvenil y que tiene a su disposición un complejo industrial monstruoso con ventas de muchísimos billones de dólares, mediante el cual están socavando todos los valores cristianos de nuestros hijos, a la par que hacen un estupendo negocio.

Estoy seguro que a estas alturas no se les escapará a ustedes que detrás de todo esto hay una estrategia satánica que podríamos resumir en los cinco siguientes pasos:
1. Aislar a los jóvenes y separarlos de la autoridad de sus padres y de toda otra forma de autoridad.
2. Controlar el mundo juvenil, controlando las transmisiones de la Cultura Juvenil.
3. Inyectarle a la juventud una doctrina hecha de rebelión, inmoralidad sexual, violencia, evasión y muerte.
4. Usar a la juventud para evangelizar a los adultos y alcanzar el mundo entero. Ya sea porque los adultos del mañana serán estos jóvenes de hoy, o porque hoy son los jóvenes quienes evangelizan a sus padres con sus valores y costumbres, como sucedió con la llamada revolución sexual, que habiendo empezado por los jóvenes, se extendió —sin embargo— a los adultos de todo el mundo en poquísimo tiempo.
5. Exportar esta cultura inicialmente occidental a todos los países del mundo.

Es un plan magistral y diabólico. Lo que está sucediendo no es algo accidental sino algo cuidadosamente elaborado y magistralmente realizado.

Los de mi comunidad “La Ciudad de Dios” somos débiles y muy poquitos, pero no pensamos cruzarnos de brazos mientras otros se disputan o se apoderan de la mente de nuestros hijos. Estamos dando batalla con nuestras oraciones, sacrificios y enseñanza (algunas veces semanas enteras orando día y noche sin interrupción toda la comunidad), con nuestras asambleas abiertas mensuales, jornadas masivas evangelísticas, innumerable cantidad de retiros (especialmente a parroquias y colegios) con una evangelización en todos los campos, como estas denuncias periodísticas de todos los sábados en La Prensa y en varios medios electrónicos, a fin de generalizar patrones de conducta que contrarresten esa cultura juvenil en la mente de nuestros hijos.

Esperamos contar con todos ustedes —mis lectores— a que se sumen a nuestra batalla. Con nuestro Señor no hay nada imposible.

Nuestros hogares (el mío, los de mi comunidad, y los de todos ustedes) deben ser los talleres donde se formen los futuros líderes de nuestro país. Sabemos que estamos inmersos en una lucha desigual contra un enemigo que nos sobrepasa en astucia y recursos, pero sabemos que no estamos solos; una familia luchando sola sería como una golondrina que sola, “no hace verano”, o como decimos comúnmente “ni corrás que sos out”. Pero si todos estamos en este mismo empeño y nos apoyamos mutuamente, la cosa cambia, sobre todo sabiendo que el más interesado y el más comprometido para que esto funcione es el Señor mismo. Avancemos con la confianza depositada en el que todo lo puede.

Nuestra docilidad y disposición son necesarias, son urgentes, pero lo verdaderamente importante y decisivo es que Dios está de nuestra parte. Y si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?
En las próximas semanas estaremos hablando sobre lo que —como padres de familia— podemos hacer.

El autor en miembro del consejo de coordinadores de la ciudad de Dios.
[email protected].

Opinión
×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí