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Pobladores de Somoto deben abastecerse de pipas para tener agua en sus hogares. LA PRENSA/WILLIAM ARAGÓN

Comunidades de Somoto continúan sin agua

Tenían puestas sus esperanzas en el proyecto que impulsaron las autoridades municipales de Somoto, las cuales, en Apatule, comunidad de Santa Isabel, perforaron un nuevo pozo, estimando una inversión de 8,000 dólares.

Unas 8,500 familias de las comunidades somoteñas de Santa Isabel y Mansico tenían la esperanza de que con la llegada de las lluvias los viejos pozos recuperaran los niveles de agua para suplir sus necesidades, pero aún siguen padeciendo escasez.

Tenían puestas sus esperanzas en el proyecto que impulsaron las autoridades municipales de Somoto, las cuales, en Apatule, comunidad de Santa Isabel, perforaron un nuevo pozo, estimando una inversión de 8,000 dólares.

Sin embargo, después de perforar unos 400 pies se dieron cuenta de que el manto acuífero era insuficiente para abastecer a los más de 8,500 habitantes de esa comunidad. Estos habitantes se abastecen de agua a través de cisternas. 

El alcalde sandinista del municipio de Somoto, Marcio Ariel Rivas Núñez, confirmó en un medio local que la perforación del pozo no fue suficiente para encontrar agua y cubrir las necesidades de los habitantes.

Manifestó que la única esperanza es que con la llegada del invierno mejore la situación, dejando claro que ya no existen recursos económicos para realizar otro intento de perforación de un nuevo pozo en ese lugar.

Problemas en Somoto

También los habitantes de varios sectores (barrios) de Somoto siguen enfrentando el racionamiento de agua potable que las autoridades realizan a diario.

La falta de agua en las comunidades de Santa Isabel y Mansico y otras como Cacaulí, Icalupe y Santa Teresa, en el municipio de Somoto, se ha extendido hasta el período lluvioso y ya ha comenzado a preocupar a las familias de esas zonas.

“¿Se imagina usted que si este año pasamos una crisis de escasez de agua cómo nos irá si el invierno es malo o cuando pase el período de lluvias y llegue el verano? Creo que todos aquí vamos a tener que abandonar estas comunidades e irnos a vivir a otras para no morirnos de sed”, dijo José Estaban Martínez Lazo, de 50 años, de Santa Isabel.

Mientras que doña Luisa Ernestina Valladares López, de 63 años, dijo que ya están pensando en vender sus cuatro manzanas de tierra e irse donde el agua no falle. “Ni quiera mi diosito que nos quedemos otro año más aquí, porque entonces nos morimos de sed”, apuntó.

 

23 comunidades, de 55, que integran Somoto, se estima enfrentan problemas de abastecimiento de agua.

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