Hugo Astacio Cabrera fue un abogado chinandegano destacado, pero antes de serlo ya era un valiente y rectilíneo político, cuyas convicciones no cambiaron jamás desde que se integró al Partido Liberal Independiente, el cual nació de la disidencia de numerosos liberales que le dijeron basta al tirano Anastasio Somoza García, debido a los abusos, atropellos y crímenes que cometía contra el pueblo nicaragüense. Fueron tantos los liberales honestos que le dieron las espaldas al tirano, que el PLI se empezó a llamar con justa razón la reserva moral del liberalismo, porque era imposible ser un liberal con moralidad si se pertenecía al partido liberal jefeado por Somoza García.
Astacio Cabrera fue uno de esos liberales honestos que engrosaron las filas del PLI y por ello sintieron en carne propia las torturas del dictador, sufrieron el encierro injusto en las ergástulas inmundas del somocismo y los destierros en las zonas aisladas del país. Desde 1944, junto a lo mejor del liberalismo estuvo el doctor Astacio luchando contra la dictadura somocista, la cual llegó a convertirse en una verdadera monarquía, puesto que ni el sacrificio heroico de Rigoberto López Pérez miembro del PLI, en el cual entregó su vida para terminar con el dictador, pudo frenar la ambición de poder de la familia Somoza y a la muerte del fundador de la nefasta dinastía, le siguieron sus dos hijos. De no ser por la determinación del pueblo nicaragüense, con el FSLN como vanguardia armada, que logró derrotar y desterrar al último Somoza, el nieto hubiera llegado a la silla presidencial. La convicción política del doctor Astacio Cabrera fue probada a través de los años de lucha, cuando un grito de “muera Somoza” era suficiente para ser molido a culatazos y encerrado en las cárceles de la dictadura. El doctor Astacio no solo dio muchos gritos de muera Somoza, sino que participó en numerosos movimientos, armados algunos, para derrocar al tirano, saliendo con vida porque así lo quiso el destino y no porque se abstuviera de presentar su pecho y arriesgar su vida en busca de una Nicaragua mejor.
Fue consecuente con su honradez y valentía como político independiente en su permanente actuación de oposición a todo aquello que atentara los valores de libertad, en su integral y amplio sentido, como son: pensamiento y de acción. Esto hizo conllevarle acoso, confiscaciones, torturas y cárcel a lo largo de su vida, sin embargo ello nunca logró hacer mella en su éxito de vida profesional por su dedicación y estudio, luchando siempre en la búsqueda del imperio del Estado de Derecho y la aplicación de una justicia con sentido social.
Las convicciones políticas del ilustre desaparecido quedaron impolutas, con la blancura de la entrega total a una causa noble y necesaria como lo fue la lucha contra la dictadura somocista y a prueba de dudas porque teniendo miedo, jamás le dijo no al deber moral de colaborar directamente, aun a costa de perder la vida, con la desaparición de la Estirpe Sangrienta que nos oprimía.
Doctor Astacio: los malos liberales siguen existiendo, por esos malos hijos de la patria su partido ya no sigue siendo la reserva moral de esa ideología. Los que aún estamos en este mundo, seguimos luchando para lograr su sueño, el mismo del doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal para que la democracia reine en Nicaragua.
Para el desaparecido, la gloria de haber integrado las filas de los que lucharon por la democracia. Para sus familiares, el orgullo de tener su misma sangre valiente y generosa. Para sus amigos, el placer de haber compartido su personalidad chispeante y su amistad sincera, y para la tierra que lo vio nacer, el honor de cobijarlo para siempre en sus entrañas
El autor es ex asesor Tributario (DGI).