El sueño americano no solo consiste en la posibilidad de alcanzar un mejor nivel de vida en los Estados Unidos, para los amantes del beisbol es también la enorme satisfacción de vivir día a día las Grandes Ligas, estar a la orilla de los mejores peloteros del mundo y obtener un pedazo de ellos a través de selfies y autógrafos.
Ambos sueños lo está viviendo el súper fanático nicaragüense Octavio Mejía, nacido en Nueva Segovia y actualmente residente en Tampa, Florida, así que no se pierde ninguna apertura de Erasmo Ramírez con los Rays de Tampa Bay y ha aprovechado que está en un lugar céntrico durante el spring training, para obtener una tonelada de autógrafos de súper estrellas del juego como Derek Jeter y Miguel Cabrera.
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“Tengo más de 400 artículos deportivos, la mayoría de ellos de beisbol, entre bolas, fotos, camisas y bobbleheads”, cuenta Mejía, quien apenas dobla la curva de los 30 años, pero los últimos 13 los ha pasado en los Estados Unidos sin poder volver a Nicaragua.
“Lo que más me hace falta es ver a mi madre. La tecnología ayuda mucho en estos tiempos para la comunicación, pero no es lo mismo tenerla frente a frente y poder abrazarla”, apunta, mientras muestra orgulloso su última adquisición, una tarjeta autografiada de Mike Trout, que la consiguió en la reciente gira de los Angelinos en San Petersburgo, en la cual también aprovechó para tomarse fotos y conseguir el autógrafo del nica JC Ramírez.
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“La mayoría de firmas que tengo son de súper estrellas de mi época, como Mariano Rivera, Derek Jeter, Andrew McCuthchen, Miguel Cabrera, Hideki Matsui, Ichiro Suzuki, Jorge Posada, Carlos Correa y Denis Martínez. Denis significa mucho para mí y aunque no esté en el Salón de la Fama, para mí es uno de los mejores lanzadores que he visto”, agrega.
Pasatiempo
Esa colección, en la cual Mejía calcula que ha invertido cerca de 10 mil dólares, la comenzó en 2011 como un pasatiempo y al darse cuenta que tenía bastantes artículos, la ha continuado con más pasión en los últimos años.
El secreto de su tesoro está en el spring training. “Ahí es cuando obtengo la mayoría de firmas porque los peloteros son más accesibles”.
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A pesar de tener la rúbrica de peloteros con estirpe del Salón de la Fama, uno de los objetos que más aprecia Mejía es un bate de un jugador de ligas menores. “Ese bate es uno de los más especiales porque me lo regaló el venezolano Miguel Andujar, uno de los mejores prospectos de los Yanquis. Me lo dio después de acabar un juego de los Yanquis de Tampa”, explica, aún sorprendido por el gesto.
La meta
“Mi sueño es llevarme esta colección a Nicaragua. Ponerlo en las paredes de mi casa y poder tener un recuerdo de las Grandes Ligas para cuando regrese a mi país”, dice Mejía.
“Pienso volver a Nicaragua en corto plazo. Solo deseo cumplir un par de metas y regresaré a mi país porque tengo más de 13 años de vivir en los Estados Unidos”, agregó.