Los inmigrantes que han vivido y trabajado legalmente en Estados Unidos debido a desastres que se registraron en sus países hace años quizá deberían empezar a pensar en volver a casa, declaró el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly.
En una entrevista con The Associated Press, Kelly envió fuertes señales de que los privilegios migratorios conocidos como Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) no deberían ser indefinidos como han sido para decenas de miles de personas de Haití y varios países de Centroamérica.
“El punto es que, cualquiera que haya sido el evento que provocó que se concediera el TPS, ese evento ha concluido y ya pueden regresar”, dijo Kelly. Eso podría afectar a 86,000 inmigrantes de Honduras y a otros 263,000 de El Salvador, que constituyen la vasta mayoría de los beneficiarios actuales del programa.
Los hondureños, junto con más de 5,000 inmigrantes de Nicaragua, cumplían los requisitos para recibir la protección temporal en 1999 debido a la destrucción provocada por el huracán Mitch un año antes.
Los inmigrantes de El Salvador fueron incluidos en el programa luego de una serie de terremotos en ese país. Los inmigrantes de esas tres naciones representan el ochenta por ciento de las 435,000 personas de diez países que en la actualidad cumplen los requisitos para recibir el TPS. Su estatus migratorio ha sido renovado cada 18 meses, y el año próximo toca renovarlo de nuevo.
Kelly dijo que aún no ha hablado con los gobernantes de países centroamericanos sobre poner fin al estatus temporal. Sin embargo, hizo énfasis en que la intención al dar esos privilegios es que fueran temporales, aunque no han sido administradas.