De niño Frank Pineda quería ser piloto de avión, pero ahora no se imagina haciendo otra cosa más que cine. Es cofundador de la productora de cine Camila Films, no tiene redes sociales, ha estado preso en tres ocasiones y comienza su día tomando tres tazas de café.
¿Qué es lo peor que le puede suceder en el trabajo?
Un mal encuadre. No me lo perdono.
¿Qué es lo más raro o asqueroso que ha comido o bebido?
Serpiente, en Mongolia, en el desayuno. Sabía a pollo insípido, en realidad la probé y no me fascinó.
¿En el colegio qué materia no le gustaba?
Las matemáticas. Eran mi dolor de cabeza.
¿Es bueno cocinando?
Me gusta cocinar, sobre todo la corvina con cebolla y vino blanco.
¿Qué lugar del mundo se muere por visitar?
El Himalaya.
¿Ha estado a punto de morir?
Sí, una vez me intoxiqué comiendo un repollo que tenía veneno. Perdí el conocimiento, tenía siete años.
¿Cuántas tazas de café toma al día?
Lo primero que hago por la mañana es hacer una taza de café y vengo a tomármela en la terraza. En realidad me tomo tres tazas de café, pero fuerte, muy fuerte.
¿Qué lo pone nervioso?
Estar frente a una cámara…
¿Juega o jugó algún deporte?
En mi juventud fui una estrella en beisbol. Dejé de jugarlo porque me rompieron la nariz de un pelotazo. También jugué futbol pero lo dejé porque golpeé a un compañero con la pelota y ahora hago bicicleta y juego tenis.
¿Si no tuviera este oficio qué le hubiera gustado ser?
De niño quería ser piloto de avión, después estudié Odontología y lo dejé por la Cinematografía. Si no tuviera este oficio me gustaría tener el mismo. Me fascina el cine.
¿Cuánto tiempo dilata arreglándose?
Casi nunca me arreglo.
¿Facebook o Twitter?
No tengo ninguno de los dos. Me gusta ser incógnito.
¿Ha estado preso?
Sí, estuve preso en Condega por poner banderas del Frente Sandinista. También estuve preso en Tapachula cuando iba para México exiliado y después estuve preso en México por comprar armas para la revolución.
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