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Periodistas venezolanos protestando contra la censura impuesta por el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela. LA PRENSA/ AGENCIAS

Periodismo: historias de un oficio dulce y amargo

Un periodista mexicano y otro de Venezuela narran los tropiezos para ejercer “el mejor oficio del mundo”.

El Periodismo fue llamado “el mejor oficio del mundo” por el escritor y periodista Gabriel García Márquez el 7 de octubre de 1996, en la 52 asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que se llevó a cabo en Los Ángeles, California. Sin embargo, el periodista e investigador Daniel Lizárraga puede decir que ejercer este oficio y lograr su mejor investigación con el reportaje La Casa Blanca de Enrique Peña Nieto —considerada una de las 12 mejores investigaciones en el mundo por Global Shining Light Award—, lo llevó al desempleo por dos años.

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LA PRENSA habló con este periodista e investigador mexicano vía telefónica, en ocasión de la conmemoración del Día Internacional del Periodista, que se celebra cada año los 8 de septiembre, en memoria del periodista checo Julius Fucik, autor del libro Reportaje al Pie de la Horca, asesinado por los nazis en 1943.

Lizárraga fue parte del grupo Aristegui Noticias que publicó en noviembre de 2014 La Casa Blanca de Peña Nieto, una investigación periodística que descubrió el tráfico de influencias y el conflicto de intereses que hubo detrás de la construcción de la residencia de la esposa del presidente de México, Angélica Rivera.

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Este reportaje ha sido calificado por los expertos como el más importante de los últimos tiempos en América Latina, por lo cual recibió el reconocimiento del Premio Nacional de Periodismo de México, el Premio Gabriel García Márquez, el Premio de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación en las Américas (Connectas-ICFJ), el Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación (Colpin) y la Red Global de Periodismo de Investigación.

Según el acta de jurado de Colpin, “la investigación reveló que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, recibió en donación —y no declaró—, una mansión de 7 millones de dólares por parte de un contratista que a su vez se vio favorecido con millonarios contratos de obras públicas, primero en el Estado donde el mandatario fue gobernador, y luego como presidente de la República”.

Pese a sus logros profesionales, el equipo que hizo el trabajo junto con Lizárraga —Rafael Cabrera, Irving Huerta y Sebastián Barragán, bajo el liderazgo de la reconocida periodista mexicana Carmen Aristegui— fueron despedidos de Noticias MVS.

Estado de la democracia

La paradoja de hacer el mejor periodismo del mundo —parafraseando a García Márquez— y perder el trabajo y no encontrar un nuevo empleo en ese oficio es para Lizárraga uno de los tantos reflejos de que “la democracia no está totalmente consolidada”, no solo en México, sino en los demás países de América Latina.

El periodista mexicano Daniel Lizárraga (centro) junto a los miembros del equipo que investigaron al presidente mexicano Enrique Peña Nieto y una admiradora.
El periodista mexicano Daniel Lizárraga (centro) junto a los miembros del equipo que investigaron al presidente mexicano Enrique Peña Nieto y una admiradora.

Lizárraga sobrevivió esos dos años con “un sueldo muy básico que ponía de su bolsa” Carmen Aristegui, por trabajar en Aristegui Noticias. También se sostuvo con sus ahorros personales y el dinero recibido de los premios de Periodismo.

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“Cada uno del equipo iba buscando la manera de sobrevivir. Fue un período muy complicado, porque todos tuvimos que enfrentar situaciones muy del ámbito privado, como compromisos de viviendas, alimentación, familia, por eso es que yo aguanté hasta donde pude en Aristegui Noticias y después tuve que salir, porque necesitaba conseguir trabajo”, manifestó Lizárraga.

El investigador explicó que en países como México, los intereses que tienen los medios de comunicación, ya sea por decisión propia o por presiones, son tan fuertes que terminan eliminando el periodismo que logra hacer sentir incómodo al poder.

Desde que comenzaron a salir los hallazgos de la investigación de La Casa Blanca de Peña Nieto, Lizárraga supo el riesgo que iba a implicar la publicación de ese reportaje, pero fue más aguda la convicción del equipo de que estaban haciendo lo correcto y de que la verdad descubierta debía ser del conocimiento público. “Saber que tuviste esto entre las manos y no te atreviste a sacarlo, no sé si alguno de nosotros hubiera podido vivir con eso. Entonces, era una decisión compleja porque atravesaba por lo personal, pero también por la convicción de lo que hacíamos”, dijo Lizárraga.

“Ningún error”

Lo que impulsó al equipo de Aristegui a seguir adelante con la publicación del reportaje fueron los hechos y la seguridad de que tenían una verdad comprobada entre las manos.

Lizárraga afirma que los periodistas “no podemos cometer ningún error” y la máxima premisa debe ser el rigor en el trabajo, porque de eso va a depender la solidez de los hechos que se logren demostrar. “El periodista no puede tener la verdad absoluta, lo que sí debemos hacer es trabajar con muchísimo rigor, porque a los periodistas se nos va a juzgar por qué tan bien o qué tan mal está hecha una investigación”, dijo Lizárraga.

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Actualmente Lizárraga trabaja como coordinador de investigaciones periodísticas en la organización civil Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad.

Para Lizárraga, el Periodismo se debe seguir haciendo con todas las limitaciones y amenazas que enfrenta, porque más que una profesión, es un deber con la sociedad.

El caso de Venezuela

En América del Sur se encuentra el periodista y corresponsal del diario español El País, Alfredo Meza, quien trabaja en Venezuela, uno de los países que más noticias produce por estos días. Atraviesa una crisis política, económica y social, mientras el gobierno de Nicolás Maduro es calificado por otros Estados como una dictadura por la concentración del poder, la represión armada contra la protesta social y su rechazo a hacer elecciones.

Ciudadanos, estudiantes y políticos venezolanos salen a las calles a exigir la salida de Maduro del gobierno, lo que ha provocado más de 100 muertes debido a los enfrentamientos con la Policía y las fuerzas de choque.

Meza asegura que los gobiernos de Venezuela siempre han visto a la prensa como enemiga, pero desde que comenzó a gobernar Hugo Chávez (1999-2013) y luego su sucesor Nicolás Maduro, esta situación es “peor”.

Según Meza, el acceso a la información pública es cada vez más restringido, los funcionarios no contestan a los cuestionamientos de la prensa. Meza también mencionó que el régimen chavista los acusa de “traidores a la patria” cuando asisten a eventos de los Estados Unidos.

La censura de la oposición

Adicionalmente, la oposición política de Venezuela también censura a los periodistas que los critican. Meza explicó que algunos miembros de la oposición, al igual que el chavismo, se niegan a responder cuando son abordados sobre temas de corrupción de los cuales son señalados.

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“La oposición tiene una idea perversa del periodismo, porque cierta parte del periodismo venezolano los ha acostumbrado a creer que la prensa no chavista es una prensa que suscribe todo lo que la oposición plantea”, lamentó Meza. Para él, hay un esfuerzo de “inmiscuir al periodismo en su cruzada política”.

Lo que pasa en El Salvador

Bryan Avelar es un joven periodista salvadoreño, reportero de la Revista Factum, quien ha recibido amenazas por la publicación de crónicas sobre los “escuadrones de la muerte” de la Policía salvadoreña.

Los reportajes de Avelar retratan las ejecuciones de pandilleros de parte de un grupo élite de la Policía. Las amenazas presuntamente provienen de un grupo dentro de la Policía, difundidas a través de la cuenta “Defensores Azules”, color emblemático de los “escuadrones de la muerte”.

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El trabajo ha sido nominado al premio a la excelencia periodística de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), organización que ha expresado preocupación por las amenazas.

La violencia

Además de la censura del poder institucional y la autocensura de los mismos medios de comunicación, en México también existe la censura de la violencia en territorios fronterizos donde reina el crimen organizado y el narcotráfico.

El periodista Daniel Lizárraga asegura que en los últimos años han sido asesinados o han desaparecido periodistas que estaban investigando al crimen organizado. México es el tercer país más peligroso del mundo para los periodistas, con más de un centenar de profesionales muertos desde el 2000, según Reporteros Sin Fronteras (RSF).

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