Continuando con las valiosas recomendaciones que nos hace el profesor Thomas Lickona sobre cómo defender a nuestros hijos y a nosotros mismos de la pornografía, les enumero sus ocho famosos consejos.
1.- La pornografía trata a las personas como objetos en nombre de un falso placer sexual, y solo para el beneficio económico de los productores. Todo esto es erróneo, porque cada persona tiene una dignidad humana y nunca debería ser explotada;
2.- El sexo es siempre manifestación de amor entre dos personas. La pornografía separa el sexo del amor y da un retrato falso de la sexualidad;
3.- La mente almacena todo. Una vez que se es prisionero de imágenes pornográficas resulta muy difícil desprenderse de ellas.
4.- La pornografía intoxica el cerebro, como una droga. Puede crear rápidamente dependencia, y además reducir la capacidad de tener una relación sexual normal con otra persona en la vida real.
5.- Para los niños, la pornografía generalmente va acompañada de la masturbación, otra costumbre que es difícil romper. Ambos hábitos reducen la capacidad de autocontrol y de autoestima;
6.- Si la costumbre de consumir pornografía se produce dentro del matrimonio, puede provocar serios problemas entre marido y mujer, arruinando la relación íntima entre los esposos;
7.- Vista desde una perspectiva de fe, la pornografía va contra el plan de Dios, porque el sexo es un don de sí a otro dentro del amor y del respeto entre los cónyuges, y no un mero apareamiento, como los animales. La pornografía viola la pureza que Dios espera de nosotros.
8.- Debemos hablar con nuestros hijos y hacerles entender el daño que puede hacer la pornografía corrompiendo el corazón y el alma. Nuestros niños necesitan entender que tener una moral no es algo negativo que elimina de nuestra vida la diversión. Al contrario, los valores morales nos ayudan a construir y fortalecer nuestro carácter, a tener amor propio, a construir relaciones de amor verdadero, y a encontrar la felicidad auténtica.
En cuanto a las familias, asegura el profesor Thomas Lickona, es importante llegar a una especie de “Contrato familiar acerca de los medios de comunicación e internet”, que puede estar colgado en la pared. Y, aunque parece extravagante y divertida, es muy educativa.
Estos son los siete puntos del contrato familiar:
1.- No hay tele si no se han hecho antes las tareas ni durante las comidas. Hay que pedir siempre permiso antes de encender la televisión, y ver solo programas aprobados;
2.- En algunos momentos es bueno tener apagada la televisión para centrarnos en otras actividades de familia, como leer libros o conversar todos juntos;
3.- Todos los videojuegos deben ser vistos por un padre, y tener un límite de tiempo;
4.- Hay que apagar los celulares durante las comidas y las horas de sueño;
5.- Bloquear los sitios web pornográficos con filtros especiales de control parental es una buena cosa.
6.- Establecer normas para el uso de internet: por ejemplo, siempre tiene que haber una aprobación por parte de los padres, sobre todo cuando se trata de descargar algo.
7.- En cuanto a las películas, hay que evitar las de contenido sexual explícito. Hay muchos sitios de orientación, como por ejemplo Screenit y Kidsinmind.
La mayor parte de las investigaciones demuestran que cuando nuestros hijos son conscientes de que nuestro ejercicio de autoridad se basa en una buena intención, y que tienen como fin su bien, están mucho más dispuestos a aceptar nuestras reglas y restricciones.
El autor es miembro del Consejo de Coordinadores de la Ciudad de Dios.
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