Una infusión, un té o un café después de comer, a media mañana o a última hora de la noche, significa un parón, un momento de calma y de relax y no es lo mismo disfrutarlo en soledad o en compañía de otros.
Tazas de porcelana, vasos o delicados juegos de café o té son las alternativas más comunes cuando nos adentramos en este mundo cálido con el que entonar el cuerpo. No hay un protocolo que indique que en la oficina hay que tomar un café en una taza con plato. Las prisas y la comodidad inciden de manera determinante sobre el hábito.
En este caso es recomendable una taza alta que se pueda trasladar bien, que evite que nos quememos, gracias a un asa amplia, mientras nos trasladamos desde el “office” a la mesa es lo ideal. Para tomarlo, optar por un diseño divertido es la tónica habitual para consumir café, el líquido, dicen, más consumido tras el agua.
La firma Curiosite.es es especialista en diseños que reflejan la personalidad y, por esa razón, es un complemento fácil y divertido para regalar entre amigos. Los vasos altos de cristal con asas de metal son cómodos y atractivos y transmiten un toque chic, incluso en el lugar de trabajo.
Diseños de humor
Los diseños con buen humor siempre arrastran una sonrisa, incluso a los más perezosos y dormilones. La línea Palet por ejemplo aporta ligeros toques de color, tanto en vajillas como en tazas, una colección realizada en blanco en el exterior y con un ligero toque de color glaseado en azul en su interior, razón por la que, tanto comida como bebida, cobran un protagonismo especial.
Café con leche
Para muchos no hay nada como una taza blanca para que el café emane su mejor aroma. La clásica loza o porcelana consiguen con el café con leche o con un café la sencillez más perfecta. Sin embargo, las líneas depuradas, pero muy actuales, de los tradicionales juegos con lechera, azucarero y hasta recipiente para el café, son todo un lujo que no está pasado de moda.
Existe una propuesta con tazas en las que, como si fuera un tablero de ajedrez, poseen un diseño geométrico, en blanco y negro, y con el filo interior dorado de la taza y la tapa de la cafetera. Elegante, muy actual, pero logrando un ambiente formal, como de otra época es la opción para la charla a media tarde.
Té con pastas
Flores delicadas, porcelana, detalles botánicos que permiten que nos imaginemos en la campiña inglesa una tarde de tormenta torrencial, es lo que sugieren los juegos de té más clásicos.
Como si formáramos parte de un capítulo de la serie Donwton Abbey, pero con la actualidad de degustar distintas variantes de té, desde el de aroma de moras a vainilla, pasando por el blanco, el verde o el rojo, las tazas convierten el evento en un momento sofisticado, dedicado en exclusiva al relax.
En negro con flores rosas, como recién sacadas de un almendro; sencillas cerezas como las de Villeroy Boch, o detalles silvestres sobre tazas y platos, pueden ser otras de las elegidas para un momento de calma.