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Monseñor Bernardo Hombach, habla sobre las relaciones de la iglesia con el gobierno y las pasadas elecciones municipales. LAPRENSA/ Óscar Navarrete

Monseñor Bernardo Hombach: “El matrimonio Iglesia-Estado es dañino”

Monseñor Bernardo Hombach, ex miembro de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, habla sobre las elecciones municipales, los obispos, el gobierno y la relación de la iglesia católica con este.

Monseñor Bernardo Hombach, de 84 años, es considerado un crítico del Gobierno. Fue obispo emérito de Granada, Boaco, Rivas, Chontales y Río San Juan y exmiembro de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).

A Nicaragua llegó durante la guerra de los años ochenta y antes vivió en la Alemania de Adolf Hitler y su familia era antinazi.

En esta entrevista, monseñor Hombach habla sobre las pasadas elecciones municipales, el Consejo Supremo Electoral, los obispos que votaron y los que no, y analiza además la relación que ha tenido la Iglesia con el Gobierno.

¿Cómo valora usted las pasadas elecciones municipales?

El problema en Nicaragua es el Consejo Electoral. Yo me acuerdo que cuando era obispo de Granada tenía muchos problemas con el Consejo Electoral. Ya hubo fallas enormes antes de que este gobierno esté en función. En aquel tiempo eran otros gobiernos pero la actuación del Consejo Supremo Electoral siempre es el mismo. Yo me acuerdo que era obispo de Granada y al mismo tiempo administrador de la diócesis de Juigalpa, había grandes fraudes en Cuapa, en Santo Domingo y no solamente con el partido sandinista. Los otros partidos hacían exactamente lo mismo. En Granada hubo un gran fraude y en aquel tiempo yo hablé con el responsable del Consejo Supremo Electoral y le hice ver esto. Así que mientras no hay un Consejo Electoral realmente honrado, no hay mucha confianza de las elecciones.

Estas elecciones eran interesantes porque el pueblo votó en este sentido de que no tienen confianza en el Consejo, porque lo que uno pudo ver con los que estaban en los centros de receptores de votos es que la participación fue baja. Tan baja como nunca antes. Así que el pueblo ha expresado que no hay mucha confianza. Por otro lado también hay que decir que Nicaragua como tal en este momento, económicamente, etcétera, no anda tan mal. Y esto también motivó a muchos que dijeron: “Igual no vamos a cambiar nada y tan mal no andamos, como otros países vecinos que tienen problemas de maras, de esto, de otro”. En ese sentido, el pueblo no se preocupó mucho.

Si usted hubiese tenido las condiciones para votar, ¿lo hubiera hecho?

Yo creo que en estas condiciones no lo hubiera hecho, no hubiera votado.

¿Qué piensa de los cuatro obispos que sí votaron?

Yo creo que cada uno tiene su idea, su convicción y esto es lo lindo en la Iglesia. En la Iglesia no somos mentalmente uniformados. Cada obispo, cada fiel, tiene su convicción y esto hay que respetarlo. Ellos habrán tenido sus motivos para ir a votar. Yo no veo ningún problema en esto. No veo ninguna confrontación entre los obispos. Sería una lástima si todos tuviéramos que pensar y actuar de una sola manera. Y en cosas de economía, de política, etcétera, hay un espacio grande que deja lugar a diferentes opciones.

¿Hay división política en la Iglesia?

División siempre es una palabra muy negativa. Yo diría que hay una libertad en la Iglesia. Se puede pensar de manera diferente. Los medios de comunicación muchas veces quieren poner un acento negativo, un acento de división en una cosa que no es. En la Iglesia hay muchas otras cosas que personalmente mucho más me preocupan. Estas cosas no son importantes. Muchas veces la gente quiere escuchar: “Tienes que votar por este partido, el otro partido es malo”, y quieren que la Iglesia lo diga. Yo creo que no hay motivo ni derecho de decir esto, y esta tampoco es la misión de la Iglesia. La misión de la Iglesia es algo mucho más profunda.

¿Usted cree que la Iglesia debería apoyar el poder?

Apoyar es un concepto muy amplio. La Iglesia apoya al poder en esta forma que dice que tenemos que ser honrados, que también tenemos que contribuir para el bien común que es la tarea del Gobierno.


Lea también – Monseñor Silvio José Báez: “Los obispos tenemos diferencias, no desunión”


¿Y respaldarlo?

Respaldar… La Iglesia no tiene que apoyar al Gobierno para decir: “Esto es bueno, esto es malo” y todos tienen que marchar al mismo trote que dice el gobierno. El matrimonio íntimo de Iglesia-Estado siempre es un mal matrimonio, tanto para el Estado como para la Iglesia. Cada uno tiene su misión, su misión diferente. Que se apoyen mutuamente, pero no deben ser las mismas. Cualquier matrimonio Iglesia-Estado es dañino.

Lo digo por ejemplo, por el caso del cardenal Miguel Obando.

Yo siempre fui muy amigo del cardenal Miguel, y no solamente porque jugamos juntos ajedrez, sino porque lo apreciaba y creo que también tenía aprecio a mí. Su cambio de opinión yo no puedo expresarme, es cuestión de él, tal vez tenía motivos que nosotros no los sabemos. Así que tal vez con esta actitud, con esta decisión ha hecho mucho bien o ha evitado una serie de decisiones malas que tal vez el Gobierno podía haber tomado sin el consejo de él. Así que esto para mí es un asunto de él mismo. Él sabe lo que hace y por qué lo hace.

¿Esa relación no es dañina para la Iglesia?

No es dañina… En la Iglesia no todos marchamos al mismo trote, así que esto no es ningún problema para la Iglesia. Los problemas para la Iglesia son otros: que tengamos un clero bueno, que merece el aprecio del pueblo. Y gracias a Dios hay muchos de estos sacerdotes, pero hay fallas. Y esto hace mucho más daño a la Iglesia que tal vez una decisión política. Yo sé que mucha gente en Nicaragua, que tiene su idea política, estaba siempre a la espera que el cardenal Miguel o también el cardenal (Leopoldo) Brenes digan algo que apoye a su propia posición política, pero esta no es la misión principal de la Iglesia.

¿Las opiniones políticas?

Dar una opinión concreta en la política, sobre cuestiones que son discutibles. Cuando se trata de aborto, ahí la Iglesia tiene que hablar y tiene que decir: el Gobierno está equivocado. Cuando no hay una libertad de expresión, cuando hay fraudes públicos, tanto en las elecciones. En la Iglesia también se habla de esto y se denuncia esto. En la política en general hay una zona gris donde existe la posibilidad de muchas opiniones e ideas, pero que están dentro de la ley de Dios.

¿Cómo debería ser la relación entre el Gobierno y la Iglesia?

Tiene que ser una relación abierta, que haya contacto, que no haya un espíritu de oposición, que uno esté continuamente en oposición al otro. Tampoco es cuestión de arrimarse demasiado. Arrimándonos buscando privilegios por parte del Estado, es algo que corrompe a la Iglesia. Que el Estado nos pague la luz, etcétera. La Iglesia debe mantenerse de la generosidad de los fieles. Si el Estado da una suma para la reconstrucción de la iglesia, está bien porque son los impuestos de todos. Pero si el Estado empieza a darle privilegios a la Iglesia, a lo largo hace más daño a la Iglesia que un beneficio. La Iglesia y el Estado no tienen que trabajar en contra, pero la Iglesia tiene otras tareas, otras metas y el Estado tiene lo suyo. Y yo estoy en contra de estos privilegios.

¿Y si el Estado va en contra de las creencias y principios de la Iglesia?

Esto ya es un estado ideologizado y eso está mal. Si la gran mayoría son cristianos y un Estado se pone en contra de una religión, entonces este Estado no es democrático.

Este Gobierno ocupa mucho la represión y la violencia cuando alguien quiere manifestarse ¿eso no va en contra de los principios de la Iglesia?

Esto va en contra de los principios de la Iglesia y ahí está justamente la libertad y la democracia que la Iglesia defiende. Y en esto 14 puntos que años atrás puso al Estado y lo expuso, hasta el día de hoy nunca recibió una contestación.

¿La Iglesia ha buscado diálogos con el Gobierno?

Yo creo que sí. La Iglesia siempre está dispuesta a dialogar de una forma abierta. Dialogar de problemas que tocan a toda la gente y que toca de una forma especial a la Iglesia.

Este Gobierno tiene una especie de frase que se ha convertido hasta en su logo: “Cristiano, socialista y solidario” ¿usted lo considera cristiano?

En ciertas formas yo creo que hay expresiones cristianas.

¿Por ejemplo?

Las fiestas cristianas el Gobierno las respeta, las apoya. Y hay países donde no se celebran las fiestas cristianas. Pero eso tampoco es suficiente. Tal vez este logo y los diferentes puntos habría que analizarlos y no sé si es muy apropiado para el Estado llamarse un Estado cristiano.

¿Por qué?

Porque el Estado tiene que estar abierto para todos. Los que representan al Estado: presidente, ministros y todos ellos, creo que si ellos viven su fe, muestran su fe, eso está muy bien. Pero esto tampoco debe llevar a una situación que otros, que tal vez no son cristianos, se sientan excluidos, como en los países musulmanes, por ejemplo. Así que llamarse gobierno cristiano, tienen que revisarlo, más que el nombre, los hechos.

Monseñor Bernardo Hombach, habla sobre las relaciones de la iglesia con el gobierno y las pasadas elecciones municipales. LAPRENSA/ Óscar Navarrete

¿Qué piensa de un gobierno que se ha prolongado tanto tiempo en el poder?

Depende un poco de la constitución del país. Yo creo que tuvieron que reformar la Constitución y no lo vi muy práctico. Hay países donde la reelección es lo normal. Por ejemplo ahora en Alemania, es la tercera o cuarta vez que la canciller fue reelegida y ahí no hay ningún problema. Pero en países donde hubo problemas, justo con gobiernos anteriores que querían perpetuarse, yo creo que no es una buena idea reelegirse continuamente.

Y más allá de lo constitucional, ¿lo considera ético?

Los que reformaron la Constitución lo hicieron un poco bajo cierta presión. Y la presión nunca es algo ético. Pero lo más importante es que los que están gobernando hagan un buen gobierno, que demuestren que esta reelección fue para el bien del pueblo, no por el bien de ellos. Deben demostrar a la opinión pública que nuestro gobierno está para todos: que hay trabajo, que hay honradez, que hay licitaciones públicas.

Usted me hablaba de que en la Iglesia es bueno que haya pluralidad de opinión, ¿pero alguna vez se puede esperar que haya una sola posición unificada de la iglesia ante problemas políticos o sociales en el país?

Cuando hay una situación que es abiertamente pecaminosa, abiertamente corrupta o algo, todos en la Iglesia tienen que ser de la misma opinión. Pero cuando hay situaciones en la zona gris, donde uno puede ser de una posición o de otra, entonces una posición única en la Iglesia no la veo correcta.

¿Cómo valora la relación de este gobierno con la Iglesia?

Yo creo que este gobierno, por un lado ha aprendido de los años ochenta, cuando se opuso de lleno a la Iglesia y en cierta forma, no vamos a hablar de ganadores y perdedores, pero cuando se opuso a la Iglesia, no solamente hizo daño al pueblo, sino también al partido. Y ha aprendido de esto y ojalá que este gobierno no trate, con beneficios, con privilegios o algo, de corromper a la Iglesia. Esto es siempre un peligro también. Que intente hacerla callar o de hacer que la Iglesia se pronuncie a favor de ciertas posiciones como actualmente el Canal. Que trate de influenciar para que uno u otro obispo se declaren a favor del uno o del otro. Esto sería muy negativo si lo logra, por intermedio de beneficios y privilegios.

¿Cómo calificaría al Gobierno?

Es difícil de decir. Este gobierno como tal, hay progreso. Yo vengo de Argentina y hemos comparado las calles, la infraestructura, comparando los vehículos que andan en la calle y hay una diferencia enorme, que dice que Nicaragua está mucho mejor económicamente que Argentina. La situación económica en Nicaragua no está mal. Donde yo veo un gran déficit es en el Consejo Supremo Electoral. Por ejemplo, en todos los países, un ciudadano que se encuentra en otro país, sigue siendo ciudadano. Puede votar y todo esto. Y ya es una exclusión. Y por otro lado las elecciones bajo este Consejo nunca fueron correctas. También muchas empresas que no tienen buenas relaciones con el Estado o no están dispuestos a dar una prebenda, tienen poco chance. Estas cosas tienen que cambiar.

¿Usted ha pensado en su retiro?

Ya estoy retirado.

¿Totalmente? Yo lo veo trabajando todavía.

Bueno, oficialmente no tengo más ninguna diócesis pero estoy activo ayudando a las diferentes parroquias. Cuando me llama el cardenal o alguien siempre estoy activo. Mucha gente me viene a visitar, quieren una conversación, quieren confesarse. Así que estamos retirados pero no retirados del pueblo.

¿Ha pensado en un retiro definitivo?

El retiro definitivo lo da el jefe de arriba. Mientras me dé un poquito de salud y claridad de la mente, trabajamos con mucho gusto. Porque somos sacerdotes para siempre.


Plano personal

Monseñor Bernardo Hombach tiene 84 años de edad y ya está oficialmente retirado.

Su pasatiempo solía ser jugar futbol durante la juventud, cuando tenía 18 o 19 años. Era arquero y asegura que tiene dos distintivos: uno es que le rompieron la ceja “de par en par” y también le rompieron la clavícula. Le gusta ver futbol y es fanático del Bayern Munich, aunque dice que ya le cuesta llevar simpatía por un equipo, porque es una industria y un negocio corrupto, no un deporte.

Le gusta el andinismo. Subió las montañas más altas de América: Los Andes, el cerro Catedral, el Tronador y el Aconcagua.
Antes, monseñor solía ir mucho al cine. Le gustaban las películas que tenían un trasfondo histórico que ayudaban a entender la historia.

La decisión de ser sacerdote nació cuando tenía 11 años. Fue a una misión con su parroquia y se dijo: “Este es tu camino”. Cuando tuvo 14 o 15 años, entró a un seminario menor. Siempre quiso ser misionero.

Le gusta la música clásica y la folclórica.

En cuestiones de comida, le gusta de todo un poco. Lo más raro que ha comido ha sido culebra, en África. En Argentina también comió chinchulines, “que son las tripas de la vaca. Tripa fina, tripa gorda”. De comida nica le gusta mucho el vaho.

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COMENTARIOS

  1. Carlos M Alvarado
    Hace 6 años

    Por favor no sea politiquero

  2. el carolingio
    Hace 6 años

    Actos heroicos de la iglesia catolica los ha habido en su historia y muchos, pero actos deplorables tambien y muchos y quizas son los que mas menciona la historia porque en el pensamiento humano queremos que los guias religiosos nunca se equivoquen. El valor y la covardia tambien han incidido, los curas al igual que todos son humanos y como humanos debemos de verlos. Hay una verdad ineludible que como se dice que solo el ciego no ve y el que tiene buena vista no necesita de anteojos y los buenos guias son aquellos son aquellos que no callan, porque el que calla, otorga y el que otorga se convierte en complice y el complice forma parte del mal que se inflinge

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