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Carlos Tünnermann B.

El 50 aniversario de la Upoli

En 1967, Nicaragua celebró dignamente el centenario del nacimiento de Rubén Darío. El 25 de noviembre de ese mismo año, por feliz coincidencia, fue fundada la Upoli. Este año, cuando se cumple el sesquicentenario del alumbramiento de nuestra mayor gloria literaria, la Upoli festeja los primeros cincuenta años de su fecunda trayectoria en la educación superior del país.

La Upoli fue creada por iniciativa de la Convención Bautista de Nicaragua, fiel a su profundo espíritu cristiano, y gracias a los esfuerzos de su patronato fundador, integrado por 17 personalidades bautistas, presidido por el reverendo doctor Rolando Gutiérrez Cortés. Todos ellos merecen ser recordados como benefactores de la educación nicaragüense.

La iniciativa de la Convención Bautista, acorde con su vocación evangélica y educativa se plasmó, inicialmente, en el establecimiento del Instituto Politécnico (Poli) de Nicaragua, siendo su rector fundador el licenciado Norberto Herrera Zúñiga. El Poli se transformó en la Upoli cuando, en 1977, fue elevado al nivel universitario. En ese tiempo, quien escribe se desempeñaba como rector de la UNAN y, en esa calidad, respaldó la iniciativa del rector Herrera Zúñiga para crear la Asociación Nicaragüense de Instituciones de Educación Superior (Anies), conformada por la UNAN, la UCA, la UNA y la Upoli, antecedente del actual Consejo Nacional de Universidades (CNU) y del Consejo Nacional de Rectores. El moderno conjunto de edificios donde funciona la Upoli fue construido, en los primeros años de la década de los años setenta, en un terreno de seis manzanos donado por el constructor bautista, don Armando Guido, al oriente del barrio residencial Bello Horizonte.

En la fundación y primeros pasos, así como en la primera fase de su vida institucional universitaria (1973-1979), será imborrable la huella de la labor de su rector fundador, el doctor Norberto Herrera Zúñiga. La siguiente etapa de la historia de la Upoli vivió las consecuencias de los profundos cambios que en la década de los años ochenta experimentó el país. En esta etapa fue sobresaliente la actuación de su segundo rector, el licenciado Sergio Denis García, a quien le correspondió sortear toda clase de conflictos y dificultades para preservar la identidad institucional y espiritual de la Upoli, así como trabajar, sin denuedo, para recuperar el nivel universitario del que la Upoli había sido injustamente despojada por decisión del Consejo Nacional de Educación Superior (CNES). Posteriormente, la Ley 89 de Autonomía de las Instituciones de Educación Superior, aprobada el día cuatro de abril de 1990, devolvió a la Upoli su rango universitario al incluirla en el Arto. 4 de dicha Ley como una de las universidades privadas de servicio público que integran el sistema de educación superior del país y el Consejo Nacional de Universidades.

Durante el largo rectorado del licenciado Sergio Denis García, ahora rector emérito de la Upoli, (1980-2000) se concretaron muchos logros, que requerirían un amplio espacio para su reseña. Cabe aludir aquí al inicio del proceso de reforma, expansión y modernización del singular modelo educativo de la Upoli, la fundación de varios institutos, sobresaliendo la creación del Instituto de Investigación y Acción Social Martin Luther King, responsable de editar la revista Cultura de Paz, que goza de reconocimiento nacional e internacional.

El siguiente rector, el ingeniero Emerson Pérez Sandoval, dio atinada continuidad a la labor de sus predecesores, a la vez que enfatizó sobre la planificación del desarrollo de la UPOLI, su compromiso con la evaluación institucional, devenida en una “cultura de calidad”, y la aprobación de su Modelo Educativo y Académico, que incorpora trasladar el acento a los procesos de aprendizaje y un notable esfuerzo de rediseño curricular, encaminado a flexibilizar los planes de estudio y definir las competencias genéricas y específicas.

La Upoli, gracias al eficaz apoyo y sabio consejo que su Patronato ha dado en todo momento a sus sucesivos rectores, está hoy en posición de responder mejor a los requerimientos de la sociedad nicaragüense, ahora bajo la competente rectoría de la doctora Lydia Ruth Zamora.

Felicito a la Upoli y a sus autoridades, profesores y estudiantes por sus 50 fecundos años de existencia, por su límpida trayectoria, siempre fiel a su lema: “Sirviendo a la Comunidad”, por su invaluable aporte al desarrollo de la educación superior del país y de nuestra nación.

El autor es académico y escritor.

Opinión educación superior Upoli archivo
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