No tener un censo poblacional actualizado afecta directamente las políticas públicas en las áreas de educación, salud y seguridad, pues al no existir datos actuales se trabaja con estimaciones, afirman expertos. Y a esto hay que sumar el secretismo que el Gobierno ha establecido desde que Daniel Ortega asumió la presidencia, dicen.
El último Censo de Población en Nicaragua se realizó en 2005 y a partir de ese año, una década después, debía ser renovado. Es decir, ya lleva dos años de retraso.
“Es un problema muy serio que un país no realice periódicamente los censos. Las estadísticas son importantes para poder hacer una planificación correcta y definir las políticas públicas y las estrategias”, lamenta Carlos Tünnermann, experto en educación. Ante esta situación, dice, es difícil que el Ministerio de Educación realice un plan nacional de educación a mediano y largo plazo.
Para muestra de los vacíos que conlleva la falta de datos actualizados, un botón: “Según estadísticas del Ministerio de Educación, la matrícula ha permanecido estancada en los últimos tres años. Es decir, se ha venido matriculando el mismo número de estudiantes, mientras la población de niños que necesitan educación primaria ha tenido un crecimiento natural”, señala Tünnermann. Sin embargo, como no hay un censo no es posible conocer la actual cantidad de niños en edad escolar.}
Lea también: Banco Mundial: censo poblacional hasta en 2018
Por otra parte, el experto en seguridad Roberto Cajina considera que el hecho de que actualmente la Policía Nacional trabaje con estimaciones del censo de hace 12 años dificulta conocer la situación real del país.
“No tener un censo no solo afecta el análisis, sino la definición de políticas públicas porque usualmente la Policía trabaja con estimados de población, entonces contrasta la cantidad de homicidios contra ese estimado de población, la cantidad de robos contra ese estimado, etcétera. Si yo estoy trabajando la seguridad pública desde estimados obviamente los resultados no van a ser los que deberían esperarse porque la relación entre delitos y población es en base a la cantidad de homicidios por habitantes”, explica Cajina.
En salud también
El sistema de salud pública también es afectado al no existir un censo. “Solo hay estimaciones y no sabemos cuántos están naciendo, ni cuántos se están muriendo ni cuántos están migrantes y eso representa una dificultad seria”, apunta Ana Quirós, experta en salud pública. Y a esa falta de estadísticas, dice, habría que sumar la ausencia de información sobre “la actuación del Gobierno”, pues los únicos datos que se conocen son los brindados por Rosario Murillo, vicepresidenta designada por el Consejo Supremo Electoral, en sus intervenciones del mediodía.
“Lo que sucede con el Minsa, es que te da datos sueltos y vos no podés saber si esos datos corresponden a la realidad o no. Ni siquiera están publicados en su sitio web. Realmente estamos en una penumbra de lo que es la situación de salud del país”, señala Quirós.
Último censo poblacional
El último censo poblacional que se realizó en Nicaragua fue en 2005 y este debió actualizarse hace dos años. Para entonces se calculó que había 5,142,098 de nicaragüenses. Es decir, que habían 43 habitantes por kilómetro cuadrado.
A principios de este año, el Banco Mundial aseguró a LA PRENSA que se destinaron 8.9 millones de dólares para los preparativos del censo que se prevé se realice el próximo año 2018.