Leonardo “Chimmy” Morales se vio ayer otra vez en conferencia de prensa con el costarricense Alejandro “Mandarina” Solano, para decirlo en cifras este último el número tres en América Latina, y se declararon respeto, admiración y esperan darle al público naciente de las artes marciales mixtas del país una guerra.
“Ambos somos fuertes. Lo que se viene es una guerra”, habló “Chimmy”, de 24 años, al que el calendario le recuerda que hace un año y seis meses que no pelea, y por lo tanto podría tropezarse con la falta de ritmo dentro del octágono.
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De alguna manera Solano se sabe contento porque está para pelear con los mejores, y el deseo se le ha cumplido, después que Morales botara una y otra vez el compromiso meses atrás, aduciendo con hojas médicas una lesión en una de sus rodillas, de la que ahora se dice recuperado.
“No hay excusas, hablando de porcentajes: estoy al cien”, aclaró “Chimmy”, quien dentro de su repertorio tiene más robusto su ataque de patadas y combinaciones de golpes, pero ante Solano debe mantenerse alerta en la lucha en el piso.
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“Como quiera, en una tierra de boxeadores como Nicaragua, puedo noquearlo con un solo golpe, de eso no cabe la menor duda. ‘Chimmy’ se presta para darle al público un buen espectáculo”, apuntó Solano, quien completará en suelo nica su presentación número cinco del año, después de medirse a Yasser Castillo apenas en octubre, de pelear dos veces en Rusia y una más en su país.
“Hasta el momento sigo creyendo que Castillo es mucho mejor que ‘Chimmy’, el primero demostró mucha valentía al aceptar la pelea conmigo con poco tiempo de preparación, de Morales no he visto nada, pero uno sabe que a la hora del combate todo puede pasar”, expuso “Mandarina”.
El choque entre los dos mejores exponentes de Costa Rica y Nicaragua está pactado en 168 libras, el 16 de diciembre, en el segundo evento de la naciente promotora Pinolero Mortal Combat.