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elecciones municipales

Elecciones libres y limpias en 2021

Estos cambios en el CSE deben ser vistos como una demanda muy sentida de la mayoría de la población de Nicaragua, muy necesarias para restablecer la credibilidad en el sistema electoral, y no como una demanda de una potencia extranjera

Tras las pasadas elecciones municipales que contaron con la observación de la OEA, ha quedado claro que queda mucho camino por andar para que las elecciones generales del 2021 sean libres, transparentes, competitivas y observadas, de tal manera que se restituya la confianza de la población en el sistema electoral. Esta confianza ha venido siendo erosionada por 5 procesos consecutivos de elecciones fraudulentas, lo que ha llevado a un rechazo al sistema por medio de la abstención masiva.

Hay que reconocer que hubo avances en las pasadas elecciones municipales, como lo fue la apertura a los observadores internacionales de la OEA y a los de los partidos a lo largo del proceso y la publicación en línea junta por junta de los resultados parciales, pero también hubo retrocesos que lo mancharon, como el fraude selectivo mediante la alteración de las actas en algunos municipios como San José de Bocay, así como la violencia poselectoral en otros, como San Sebastián de Yalí. Ahora que los mismos observadores de la OEA han señalado que se necesitan reformas a la Ley Electoral, debemos aprovechar para exigir, toda la oposición unida a una sola voz, no solo las reformas que sean necesarias consensuar en un diálogo nacional, sino también los necesarios cambios en el Consejo Supremo Electoral (CSE).

Estos cambios en el CSE deben ser vistos como una demanda muy sentida de la mayoría de la población de Nicaragua, muy necesarias para restablecer la credibilidad en el sistema electoral, y no como una demanda de una potencia extranjera que ha decidido aplicar la Ley Global Magnitsky al presidente del CSE, Roberto Rivas, por razones que son bastante obvias.

Las reformas electorales deben estar orientadas a facilitar la participación de todos los partidos en las elecciones, pero también se debe de mantener y aplicar la ley actual, que establece que como mínimo los partidos deben obtener un 4 por ciento de la votación a los partidos para ameritar el reembolso de gastos electorales y bajar al 2 por ciento el requisito para mantener la personería jurídica.

A pesar de que la Ley Electoral establece la base del 4 por ciento, de hecho los partidos no la pierden aunque obtengan menos del 1 por ciento y reciben reembolso por sus gastos electorales aunque de acuerdo a la Ley, no deberían. Los partidos que saben que no obtendrán el mínimo requerido de la votación deben conformar alianzas. Además de facilitar la participación, para que nadie se queje de exclusión y que exista la máxima competitividad, las reformas deben estar encaminadas a garantizar la transparencia y la observación en el recuento de las actas para que no pueda haber un “pluma mágica” que altera los números finales en las actas originales, a como sucedió durante las pasadas elecciones municipales.

Las reformas electorales deben darse porque Nicaragua las necesita y su pueblo lo demanda, y no como resultado de una presión foránea, por más bien intencionada que esta sea.

Deben darse, para honrar la memoria de aquellos que lucharon toda su vida por elecciones libres y hasta la ofrendaron porque Nicaragua vuelva a ser república, como dijo el Mártir y Héroe Nacional, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, que en este 10 de enero se conmemora el 40 aniversario de su vil asesinato.

Como bien lo ha señalado el politólogo José Dávila Membreño en una propuesta a la nación: “Un grupo de abogados, expertos electorales y representantes políticos de toda la oposición, debe ser parte de una comisión que elabore la propuesta. Ese proyecto de reforma profunda electoral debe contar con el consenso de toda la oposición política democrática, los movimientos sociales y todos los gremios interesados en que Nicaragua dé un paso importante hacia la democracia”.

Deben darse también, para honrar la memoria de un sandinista: el doctor Mariano Fiallos Oyanguren, quien dejó una estela de honestidad y transparencia al frente del Consejo Supremo Electoral en 1990, permitiendo el desarrollo de unas elecciones libres, transparentes, competitivas y observadas, que desembocaron en el triunfo de la oposición encabezada por una dama, Violeta Barrios de Chamorro, un hecho inédito en nuestra historia.

El autor es periodista, exministro y exdiputado.

Columna del día Elecciones Municipales 2017 OEA archivo

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COMENTARIOS

  1. El Observador
    Hace 6 años

    ¿Hasta cuando van a publicar un comentario que lleve alguna alusión negativa a la familia Chamorro? ¿Donde está la neutralidad y respeto a las opiniones del público? Escribi un comentario en alusión al doctor Pedro Joaquin Chamorro, donde decía que fue muy combativo en sus Editoriales contra Somoza, pero que políticamente no fue un hombre con carisma para cautivar al público. Y pregunté por que Pedro J Chamorro hijo no se lanza como un futuro candidato. ¿Será ofensivo decir eso, para ser censurado?

  2. marcel
    Hace 6 años

    No solo es el inmoral roberto Rivas o Daniel y Murillo, como se hace para controlar a ble zancudos:? esta gentuza y sus grupúsculos son también culpables, son lacayos del orteguismo, mientras existan estos desprecias de poder, tendremos orteguismo para mucho tiempo,

  3. marcel
    Hace 6 años

    Licenciado Chamorro Barrios, mi respeto a su padre doctor Chamorro Cardenal y a vos que hace tiempo compartimos una lucha por la democracia, que fue echada a perder por la avaricia de poder y connotacion politica de muchos inescrupulosos que con sus actitudes arrogantes menospreciaron la lucha de campesinos, Lo que expresas, esta bien, pero pienso que antes de ese proceso que clamas, debería enmendar la Constitucion, en lo que respect al Cuarto Poder CSE, donde se estipule que la conformación de este Poder, sea con personas idóneas, especializadas, partidarias, que no sean salidas de dedazos,Por otra parte en la reforma a la ley,electoral, se reforme lo concerniente a los partidos políticos, no restringirlos sino educarlos, que las élites no miren como negocio una participación en elecciones, Quizas asi se recobrará no solo la confianza en el Cuarto Poder sino en los partidos políticos y sus líderes, para que no se siga manateniendo ese brutal concepto que dice””la politica es sucia”

  4. Alejandro Fernandez
    Hace 6 años

    1 )Viven reclamando cambios en el CSE pero nunca se atreven a proponer nombres “honestos e imparciales “. Tal vez serian Abelardo Mata, Vilma Nunez, Jose Pallais o similares. 2 ) Almagro y la OEA antes fueron aplaudidos, ahora son acusados de ser sometidos a Ortega. 3 ) Lo anterior demuestra que toda victoria del FSLN sera considerada fraude no me jodan.

  5. Edmund Dantes
    Hace 6 años

    Es un buen artículo enmarcado sobre el “se debe hacer, debemos hacer, debemos exigir”, etc.,. Desafortunadamente, en nuestra actual situación podemos organizarnos y unirnos como querramos, pero mientras no tengamos ningún tipo de “músculo cívico” que amenaze a Ortega, no pasará nada. No es Ortega el je se entronizó solo, somos NOSOTROS los que le dejamos hacerlo, y somos NOSOTROS los únicos que podemos cambiar el escenario. Mientras sigamos de buena gente, calmaditos, cada quien en lo suyo, con la actitud de me vale v…, que yo no me meto en politica, donde nadie ni protesta ni apoya protesta alguna, y sigamos pensando que otros país o Dios nos va a venir a hacer el bolado,aquí no pasará abosolutamente nada..

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