Para el ex ministro de educación, Carlos Tünnermann, a la guía “Contenidos más integradores en libros de texto: Enfoques sobre religión, género y cultura”, que publicó recientemente la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), le faltó una recomendación sobre el tema político partidario. La observación de este académico surge porque en Nicaragua los textos escolares tienen un alto contenido de propaganda política y temas como los derechos humanos no aparecen; sin embargo, explicó que el contenido de política en lo textos escolares es fundamental para que los estudiantes conozcan cómo funciona el Estado.
“No se menciona la política porque para la Unesco las decisiones que se toman en el campo educativo tienen un origen político; es decir, en su mentalidad existen estrategias nacionales de educación, para mí lo que faltó, no es que haya omitido el tema político, sino que dijera que no hay que incluir en los textos escolares la política partidista o la política sectaria, la política que se vincule con una determinada opción política partidaria”, precisó Tünnermann.
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Por otro lado, en esta guía la Unesco hace énfasis en que los textos escolares deben incluir temas de género, religión y cultura, para generar una cultura de paz.
“La Unesco recomienda a los países que en los textos escolares se pronuncien sobre la igualdad de géneros entre hombres y mujeres, lo mismo que el respeto a los derechos humanos, la cultura de paz, la solución pacífica de los conflictos, el rechazo a textos que instan a la violencia”, agregó el experto.
85,000 textos de inglés mandó a imprimir el Ministerio de Educación para enseñar el idioma inglés desde el primer grado de primaria según aparece en la página web de esa institución.
Formación de estereotipos en textos escolares
Según la Unesco cada vez hay más libros de textos escolares con elementos que contribuyen a la formación de estereotipos y el extremismo violento.
Es por tal motivo que la Unesco recomienda que para que se produzca un auténtico cambio, los sistemas educativos necesitan permitir que se integren valores universalmente compartidos, no solo en el currículo y en los libros de texto, sino también en prácticas pedagógicas, formación docente y cada uno de los otros aspectos de la vida escolar.
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