14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
comer mal

Foto: LA PRENSA/hdstatic.net.

Estamos instados a comer mal

La Organización Mundial de la Salud advierte: la gran industria de alimentos, del refresco y del alcohol es la mayor amenaza para enfrentar las enfermedades actuales

La alimentación es la base de la salud, todos estamos de acuerdo con esa premisa y en general conocemos los principios de la alimentación saludable, sin embargo, muchas veces, lo que sabemos no coincide con lo que ponemos en práctica a la hora de comer.

En ese momento intervienen muchos factores como son la disponibilidad y el acceso a alimentos, el tiempo con que contamos para comprar, preparar y consumir los alimentos, los hábitos alimenticios que hemos adquirido de la familia, del entorno social los que éstos a su vez están influenciados por la propaganda comercial.

Instados a comer mal

Al respecto les comparto un fragmento del artículo escrito por Patricia Aguerri, antropóloga argentina, titulado Instados a comer mal.

“La influencia más importante en la alimentación de las sociedades actuales es la industria. Ya que vivimos en ciudades con escasa o nula capacidad de autoproducción, dependemos de la capacidad de compra para proveernos y, como los alimentos son mercancías, lo que manda son los precios y los ingresos antes que las necesidades o los saberes.

Hoy, una oferta estandarizada crea una demanda a su medida (si no fuera por la publicidad nadie sentiría la necesidad de elegir lactobacilus para colonizar sus intestinos). La industria gana mucho más con los alimentos procesados que con los frescos. En consecuencia, invierte más en estimular el consumo de ultraprocesados.

Por cada propaganda de productos saludables hay cincuentas que nos instan a comer chatarra científicamente pensada para despertar nuestros más bajos instintos: grasa, azúcar y sal, lo que no había o era escaso cuando se formó nuestra anatomía. Y como esos son los productos más baratos de la estructura de precios, el negocio se vuelve tan redondo como nuestros cuerpos.

Nos estimulan a comer mal, porque esto es lo que genera ganancia y mantiene la rueda funcionando. Aunque no podemos vivir sin industria, tampoco podemos vivir con esta industria y me temo que no va a reconvertirse mágicamente en saludable sin un empujoncito desde afuera (ya sea desde la Academia a través de investigación e innovación, ya sea desde el Estado a través de promoción y regulación).

La Organización Mundial de la Salud advierte: la gran industria de alimentos, del refresco y del alcohol es la mayor amenaza para enfrentar las enfermedades actuales.

Los cambios necesarios para que la población coma bien encuentran enormes resistencias, la agroindustria no ve por qué invertir en salud ya que no pagan las consecuencias de la enfermedad. Los estados, reacios a invertir en un camino incierto (no se puede garantizar la salud futura, solo modelizarla), temen al lobby feroz, tanto como a que la reconversión genere desempleo.

La Academia puede criticar y seguir vendiendo innovación y patentes. Además, gracias al modelo médico hegemónico existe la posibilidad de convertir a las víctimas en culpables reduciendo el hecho social a problemática individual: dieta, educación, ejercicio. El enfoque individualista también favorece el millonario negocio de las dietas: productos light, fármacos, tratamientos médicos, nutricionales y psicológicos, gimnasios, ropas especiales, máquinas, libros, videos, etc. serios y delirantes. Comiendo mal parece que todos ganaran pero en realidad todos perdemos, sobre todo el comensal que apuesta su vida.”

Martha Justina González, máster en nutrición.

[email protected]

Espectáculo columna salud comer mal archivo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí