La cuenca hidrográfica que abarca los grandes lagos de Nicaragua, antes denominada cuenca 69, es de donde más se extrae agua en el país, así se constató mediante un monitoreo que realizó LA PRENSA en 31 publicaciones del diario oficial, La Gaceta, referidos a los diversos permisos otorgados por la Autoridad Nacional del Agua (ANA).
La ANA entregó en el 2017, 31 concesiones para aprovechamiento de agua subterránea, 28 permisos para perforación de pozos y la mayoría de estos tenían como referencia de explotación la cuenca 69 (28), seguida de la cuenca 61 (8), la cuenca 60 (7), y en menor medida, la cuenca 45 y la 68.
La cuenca 69 o cuenca hidrográfica Río San Juan de Nicaragua, según la nueva clasificación establecida en el documento Cuencas Hidrográficas de Nicaragua bajo la metodología Pfafstetter, tiene una extensión en tierra firme de 19, 533.46 kilómetros cuadrados, e incluye el Cocibolca y Xolotlán.
Sin embargo es una de las más deforestadas del país y no se conocen de obras para su recarga hídrica, opinó la expresidenta de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal), Ruth Herrera.
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De acuerdo con Jurgen Guevara, oficial de industrias extractivas del Centro Humboldt, las cuencas en el país han sido mal manejadas porque no se cuenta con un plan de gestión integrado de recursos hídricos, a través del cual se debería de sentar las bases para saber cuál sería el mejor uso del recurso en dependencia del estado de vulnerabilidad que presenta la cuenca.
En general, el recurso hídrico es uno de los que más se ha mal manejado en el país, sostuvo Guevara, y la mayor parte de las cuencas no tienen un diagnóstico integrado de sus recursos naturales, explicó. De acuerdo con Herrera, el territorio que abarca la cuenca 69 pierde aceleradamente los ríos, los cuales posterior a la estación lluviosa se secan.
Para que una cuenca hidrográfica sea bien manejada debe tomar en cuenta tres factores que interactúan en esta: el económico, ambiente y humano. Asimismo, lo recomendable es que las cuencas sean divididas por su parte alta, media y baja; la primera debe estar dedicada a la conservación para la recarga hídrica, en la media se pueden permitir ciertas actividad productivas y en la parte baja es donde debería de desarrollarse una mayor cantidad de actividades y asentamientos humanos; todo esto debe responder a un ordenamiento de la cuenca para un aprovechamiento sostenible del recurso, indicó.
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También agua superficiales
Además de la explotación subterránea, la Autoridad Nacional del Agua (ANA) otorgó en el 2017, nueve concesiones para el aprovechamiento de aguas superficiales, las cuales equivaldrían a 105, 401, 82.95 metros cúbicos de agua por año.
En varios de los permisos que la ANA aprobó se establecía, según cada caso, diferentes montos que el solicitante del permiso de aprovechamiento debía cancelar.
Por el aprovechamiento de agua superficial, los solicitantes tendrían que haber pagado al ANA 72, 180.57 dólares, y por aguas subterráneas 38, 712.44 dólares. No en todos los casos los solicitantes debían de pagar por el aprovechamiento. También en el 2017 la ANA canceló cuatro concesiones y brindó cuatro permisos de vertidos.
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En el 2009, mediante la Ley 699 se creó la Comisión de Desarrollo Sostenible de la Cuenca Hídrica del Lago Cocibolca y del Río San Juan; sin embargo, no se conocen avances de esta.
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concesiones brindó la Autoridad Nacional del Agua (ANA) para el aprovechamiento de aguas del país; fueron 31 para aguas subterráneas y 9 para superciales.