En Costa Rica, el candidato opositor Fabricio Alvarado, del partido de Restauración Nacional (RN), opuesto al matrimonio entre personas del mismo género, recibió el respaldo de grupos evangélicos y católicos y después de tener un raquítico 3 por ciento de intención de votos, dio la sorpresa en las elecciones del domingo 4 de febrero al quedar en primer lugar y obligar a una segunda vuelta electoral, el domingo 1 de abril, con su más cercano contendiente, Carlos Alvarado, del oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC).
Es probable que el candidato evangélico le gane al del partido de gobierno. Fabricio Alvarado, quien actualmente es el único diputado por su partido, aumentó su caudal de votos gracias al discurso en rechazo al matrimonio homosexual. Y si gana la segunda vuelta en abril se esperaría que revierta la consulta sobre ese tema que hizo el actual presidente costarricense a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, podría perjudicar en el balotaje al candidato oficialista Carlos Alvarado. En un artículo que me publicó el Diario LA PRENSA el viernes 26 de febrero, me referí a que Solís cometió un error político al enviar a la CIDH una consulta sobre el derecho al matrimonio gay, lo cual causó un efecto negativo a su correligionario Carlos Alvarado.
Por otra parte, en materia de política externa costarricense un posible gobierno de Fabricio Alvarado creo que no cortaría flores con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moro, porque históricamente Costa Rica, gobierne quien gobierne, es un aliado de Estados Unidos.
Tampoco habría que esperar un gran cambio con respecto a Nicaragua. Aunque Costa Rica apoyó la caída de Anastasio Somoza Debayle en 1979, sus gobernantes han sido siempre rivales de Nicaragua por los litigios fronterizos y la delimitación marítima. Y a pesar de los fallos de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), no se ha podido superar ni reducir la retórica que por cierto es histórica.
En Costa Rica impera una democracia muy sólida y se permite la reelección presidencial, pero no sucesiva varias veces. Difiere con Nicaragua en aspectos del sistema político, como el de que el candidato presidencial que queda en segundo lugar —en nuestro sistema—, automáticamente goza de una curul que le otorga la Constitución. En cambio, en la vecina del sur el que sale vencido se va a su casa.
En materia económica Costa Rica es una de las principales fuentes de remesas para Nicaragua, la segunda después de Estados Unidos. Los migrantes nicaragüenses no son una carga para ese país, son útiles para la economía en todos los sectores y el Gobierno de Nicaragua tendría que buscar el acercamiento con el próximo presidente costarricense, para beneficio de nuestros mercados.
Fabricio Alvarado necesita para ganar en el balotaje del 1 de abril obtener al menos el 40 por ciento de los votos, de manera que debe hacer alianzas y atraer a muchos que se abstuvieron el domingo 4 de febrero. Pero no tendría la mayoría parlamentaria pues consiguió solo 14 escaños, superados por 17 del PLN.
De manera que quien gane la elección presidencial el 1 de abril tendrá que gobernar en minoría y en base de compromisos políticos. Por lo pronto, el candidato del PAC, Carlos Alvarado, según La Nación de Costa Rica ya adelantó que si gana formará un gabinete de unión nacional.
El autor es periodista, miembro de la APN.