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Protección de reos

El drama vivido por el productor Juan Rafael Lanzas, que perdió las piernas mientras estuvo detenido injustamente en celdas policiales de Matagalpa, “es una prueba palpable”, de hechos de tortura dentro de las cárceles de Nicaragua LA PRENSA/L. E. MARTíNEZ

Juan Lanzas narra su calvario luego de que le amputaron sus dos pies

Mientras recibe tratamientos para las úlceras en más de la mitad del cuerpo, Juan Rafael Lanzas Maldonado trata de asimilar la amputación de sus pies. Pero está molesto por lo que dijo la Policía y el Instituto de Medicina Legal.

Mientras recibe tratamientos para las úlceras en más de la mitad del cuerpo, Juan Rafael Lanzas Maldonado trata de asimilar la amputación de sus pies. Está molesto por lo que dijo la Policía y el Instituto de Medicina Legal respecto de su caso y pasa los días preguntándose: “¿así como estoy, cómo voy a mantener a mis hijos?”.

Familiares de su esposa, Maribel Suárez, le brindan techo. Es una casa pequeña, sin divisiones en el barrio Monimbó del municipio de San Isidro, Matagalpa. A un lado, la cama donde Lanzas permanece acostado, boca abajo y cubierto por un mosquitero. Algunas sillas en medio y al otro extremo un catre prestado que la mujer comparte con sus hijos más pequeños.


La historia real tras la amputación de Juan Lanzas


Una deuda que supera los 35,000 córdobas más la necesidad de medicinas y alimentos ahoga a la familia de este agricultor que tuvo que abandonar la propiedad de 16 manzanas donde cultivaba café, cacao, plátanos, pijibay y granos básicos, entre otros productos, en la comunidad Cerro Bonito de la comarca Cerro Colorado, municipio de Matiguás.

Víctima refuta a Policía y Medicina Legal

“Así como estoy no sirvo para nada”, exclama Lanzas Maldonado, enfatizando su molestia por lo que apuntaron la Policía y el Instituto de Medicina Legal respecto de su caso: “ellos dicen que esa enfermedad yo la padecía así, así, que echaba sangrado por la nariz y yo no padecía de ninguna enfermedad, gracias a Dios he sido sano y, como le digo, a ningún centro de salud he ido nunca a buscar una pastilla para que digan que haya padecido de por lo menos algún dolor de cabeza”.

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“Que no digan que yo la padecía, porque si la hubiera padecido ya me hubiera muerto, acaso es una enfermedad leve, eso fue parte de la golpiza que ellos me pegaron y (el lugar) donde me echaron (preso)”, insistió el agricultor.

Recuerdan golpiza policial en diciembre

Lanzas y sus familiares han sostenido que a las 4:00 a.m. del 29 de diciembre un grupo de policías, al mando de Leónidas López y una investigadora llamada Ruth, entre una serie de abusos policiales lo golpearon, quebraron una costilla y detuvieron por un presunto robo y después, en la delegación departamental de la Policía, estuvo encerrado sin poder levantarse en un baño en condiciones totalmente insalubres y de hacinamiento de reos.

“Ellos (en la Policía) dicen que me echaron preso por cuatro bombas (de fumigar), pero esas que me quitaron son mías… ni siquiera son nuevas, son viejas y ni aparentan la marca que decía el hombre que me acusaba con las que yo tengo”, afirma Lanzas.

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“No se dejen creer los cuentos que ellos dicen, porque eso lo riegan por todos lados y la gente ¿qué va a decir? Que es cierto, ¿ya me entiende? Y no es como ellos dicen, son cosas falsas que ellos dicen para salir libres ellos y uno siempre quedar en lo mismo que está”, agregó.

Maribel, en tanto, afirma que en el hospital de Matagalpa, los médicos le dijeron que “de los mismos golpes (a Lanzas) le habían fallado el hígado, el bazo… la culpa es de los policías y quisiera que se haga justicia”.

Sin celebrar 15 años de su hija

Este miércoles 21 de febrero, la hija mayor de Lanzas, Yerling, cumplió 15 años. La celebración que ella y sus padres planearon para una ceremonia en la capilla católica de Cerro Colorado y después una fiesta en su casa, tuvo que ser cancelada.

Juan Rafael Lanzas Maldonado permanece en casa de familiares de su esposa, Maribel Suárez, en el municipio de San Isidro, Matagalpa. LA PRENSA/L. E. MARTíNEZ

“Tenían un chancho listo porque iban a celebrarle los 15 años… yo iba a alquilar un vestido para ella, iba a llevar un equipo de sonido porque ella soñaba bailar la primera canción con su papá”, comentó Maricela del Carmen Suárez, cuñada de Lanzas, indicando que su sobrina “ahora ahí está triste, llorando por lo que le hicieron a su papá”.

Esfuerzo familiar para ayudar a víctima

Maricela, ama de casa, y su pareja Juan José Sáenz —un jubilado que además de la pensión “se la rebusca” como electricista— tienen tres hijos: uno de nueve años, otro de seis y uno de dos meses, pero han asumido también el sostenimiento de Lanzas y su familia.

“Nos enjaranamos para poder sacarlo en libertad y debemos pagar las cuotas al banco”, dice Maricela, indicando que los gastos escolares le incrementaron porque además de enviar a sus dos hijos mayores a la escuela, también matriculó a dos de los cuatro hijos de Lanzas.

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“Quisiera que nos apoyen en algo y uno como pobre que es pide ayuda para mantener a los niños y a él”, dice Maricela.

Por su parte, Maribel dijo: “me pueden ayudar con una cama porque no tenemos en qué dormir… el tratamiento de él (Lanzas) es caro. Yo quiero trabajar… puedo cocinar, lavar, planchar, trabajar al campo, pero tengo que cuidarlo a él y a los niños”.

Expediente clínico en Matagalpa

Contrario a lo dicho el lunes por la Policía y el Instituto de Medicina Legal (IML), respecto de que el agricultor Juan Rafael Lanzas Maldonado fue valorado dos veces en la clínica forense de Matagalpa, en el expediente del proceso que este enfrentó por un presunto robo solo existe un dictamen médico legal que solo menciona los síntomas que presentaba el agricultor, sin precisar un diagnóstico.

Aunque esa valoración fue ordenada por el juez suplente de audiencias César Vargas el 8 de enero, fue hecha hasta las 11:50 a.m. del 11 de enero, luego que Lanzas se desvaneció al enfrentar la audiencia inicial del proceso.

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El dictamen forense, con fecha 12 de enero, determinó que Lanzas presentaba un “síndrome febril hemorrágico en shock a descartar enfermedad infecciosa o bacteriana”, además de calificar la patología como aguda y que “pone en grave riesgo su salud y su vida; hay riesgo inminente de muerte”.

En tanto, un resumen clínico suscrito por la subdirectora del hospital de Matagalpa, Ibeth Aráuz Castellón, disponible en el expediente judicial, señala que Lanzas ingresó a ese centro a las 11:55 p.m. del 11 de enero, aunque el agricultor dice que lo llevaron casi al mediodía.

Juan Lanzas perdió sus piernas, tras las torturas sufridas mientras estuvo detenido. LA PRENSA / cortesía

De acuerdo con ese documento, Lanzas ingresó al hospital presentando “petequias (diminutos puntos rojos provocados por vasos sanguíneos rotos) y equimosis (hematomas) en tórax anterior, abdomen y extremidades y temperatura de 38 grados (fiebre)”, por lo que los médicos determinaron que “probablemente se trate de una meningococcemia”.

El resumen clínico, con fecha de 16 de febrero, establece que Lanzas permanecía internado “en condición estable” y el diagnóstico a esa fecha era “amputación intratubositaria de miembros inferiores derecho e izquierdo y escaras (úlceras) en glúteos y región lumbar”. Según ese documento, los médicos amputaron los pies a Lanzas el 25 de enero.

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