¿Por qué al Frente Sandinista le cuesta deshacerse del magistrado Roberto Rivas? El exministro de Educación, Humberto Belli, aseguró que es por la íntima relación de intereses entre el presidente designado por el poder electoral, Daniel Ortega, con el magistrado electoral que fue sancionado en diciembre pasado por Estados Unidos, por corrupción y violaciones a derechos humanos.
Sin embargo, Belli también destaca la cercanía de Ortega con el cardenal Miguel Obando y Bravo, arzobispo emérito de Managua.
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El religioso ha tenido gran influencia política en el país desde los años setenta, fue enemigo en los ochenta del FSLN y aliado desde 2002.
“Hay una íntima conexión entre Ortega y Rivas; una especie de acuerdo tácito en ‘ayudame en las elecciones y enriquecete como querrás’, o sea, Ortega es cómplice de la corrupción de Rivas”, sostiene Belli.
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El 7 de febrero pasado, la bancada sandinista protegió a Rivas, quitándole las funciones a la presidencia del CSE, entregándosela al magistrado sandinista Lumberto Campbell, pero dejando al sancionado funcionario devengando su salario y con inmunidad.
“Evidentemente pesa la presencia del cardenal, que también es otro elemento de la ecuación íntimamente vinculado a Roberto Rivas y cuyo apoyo el gobierno de Ortega ha explotado muchísimo”, señala el exministro de Educación.
Los favores se pagan
Para el constitucionalista Oscar Castillo, la razón por la cual Ortega mantiene a Rivas en el CSE es porque le debe su permanencia en el poder, pero también a la alianza de Ortega con Obando y Bravo.
“La permanencia en el poder de Ortega ha sido gracias a los lineamientos que ha seguido Roberto Rivas como funcionario fiel y nadie oculta la relación de Rivas con el cardenal Obando”, manifestó Castillo. La secretaria del religioso es madre de Rivas.