14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
alcaraván, Aniceto,
/ Fabio Gadea Mantilla

La temible cárcel

Querida Nicaragua: Aquí caer preso es lo más fácil del mundo. Basta con vivir en alguna zona rural trabajando la tierra en una finquita que poco a poco va produciendo para el sustento diario de la familia y para vender algún sobrante de granos. Si alguien lo señala como sospechoso de ayudarle a supuestos grupos “delincuenciales”, con suerte dese por capturado y apaleado, y sin suerte terminará muerto en un potrero montoso cerca de su casita sin que nadie sepa dar cuenta del o los responsables del crimen.

Su compañera dirá que llegaron unos hombres armados a medianoche y lo capturaron, luego se oyeron unos tiros, pero no sabe si eran civiles o militares los que mataron a su marido.

Esas zonas rurales parecen ser tierra de nadie pues no hay leyes ni quien las ejecute, ni autoridades que informen siquiera del hallazgo de un cadáver.

En las ciudades y pueblos también hay abusos por parte de la Policía tal como ocurrió con el señor Juan Lanzas a quien capturaron y le dieron tales palizas que lo dejaron en estado de gravedad y encerrado en una celda insalubre donde se le infectaron las heridas a tal punto que tuvieron que amputarle los pies. Un reo debería ser sagrado y este fue tratado brutalmente como si fuera una bestia.

¿Qué está pasando con la Policía? Cualquiera sabe que la Policía no tiene facultad para detener a nadie por más de 48 horas. Ahí termina la labor de la Policía y luego el reo pasa a manos del juez quien decide lo conveniente de acuerdo con la ley. En el caso de Juan Lanzas la Policía no solo detuvo al sujeto sino que lo apaleó brutalmente y lo metió en una celda arrogándose las funciones de juez.

¿No hay en la Policía Nacional un manual de procedimiento para cuando se tenga que enfrentar un delito o una falta? ¿No sabe un Policía cómo debe actuar? Parece ser que les enseñan a usar la cachiporra o la pistola o culata si se trata de un rifle.

En la Policía debería de haber una escuela para preparar a sus miembros y enseñarles lo que es civismo, derechos humanos, el trato que hay que dar a los ciudadanos, que le enseñe que estos son seres humanos que merecen respeto y que son quienes, con sus impuestos financian los gastos de la nación, el presupuesto de la república, dentro del cual está el salario de todos los policías.

En los quince años de democracia que vivimos a partir de 1990, en los gobiernos de doña Violeta, de don Arnoldo y don Enrique, la Policía Nacional estaba volviendo por sus fueros, se notaba el esfuerzo que se hacía en la profesionalización de la misma, tanto que me vi obligado a escribir una de estas cartas elogiando los progresos de esa institución que había dejado de ser partidaria para volverse realmente nacional.

Lamentablemente en las elecciones del 2006 de ingrata recordación, don Daniel se empeñó en recordarle a cada uno de los nuevos funcionarios de su gobierno su origen sandinista. A todos y cada uno de ellos se los dijo en público para que todos lo entendiéramos. Al jefe del Ejército, a la jefa de la Policía Nacional y a todos aquellos funcionarios escogidos de los cuadros combatientes del FSLN les fue refrescando la memoria como para que no se les olvidara nunca. Y parece que no se les olvidó. La Policía, en la práctica, dejó de ser nacional y se volvió a convertir en sandinista. Todos escucharon la consigna de don Daniel y la ejecutaron al pie de la letra.

Hoy sería bueno para el propio señor don Daniel mejorar el comportamiento de su Policía para que no sigan cometiéndose abusos criminales como el del ciudadanos Juan Lanzas. Por el bien de todos la Policía debe cambiar de actitud.

El autor es director general de Radio Corporación.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí