A falta de no poder instalar una pasarela en la mismísima Torre Eiffel, Saint Laurent (YSL) volvió a hacer de la Plaza del Trocadero el escenario de su pasarela de invierno, donde las modelos desfilaron al compás de las luces del monumento, telón de fondo de una colección muy rock.
Con una apuesta integral por el negro, los diseños de la colección otoño-invierno 2018/2019, que se presentaron en el marco de la Semana de la Moda de París, fueron aún más cortos y más rockeros que los anteriores trabajos de Anthony Vaccarello, quien se hizo cargo de la creación de la firma.
Ni el frío polar asustó a las modelos, que exhibieron prendas especialmente deportivas, con un sinfín de shorts en piel o chaquetas a la altura del muslo, que parecieron convertirse en vestidos.
Para la ocasión, YSL introdujo variaciones, acortando un poco el alto de las botas que en las últimas temporadas se llevaron en versión mosquetera y añadió algunos detalles étnicos, como pañuelos largos con flecos en la cabeza.
Los exagerados volantes de la pasada colección regresaron en minivestidos en un rígido tejido negro que casi permitiría que la prenda se tuviera en pie por sí sola, como una escultura.