14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

A 28 años del cambio

Una fecha memorable fue el 25 de febrero de 1990. Habían ocurrido acontecimientos interesantes en reuniones consecutivas de representantes del Gobierno de Nicaragua y la Resistencia Nicaragüense, con mediadores, en Esquipulas, Guatemala y Sapoá y Las Mercedes.

Reuniones que concluyeron en 1989, en las que se llegó a acuerdos, siendo el más importante para Nicaragua la celebración de elecciones presidenciales el 25 de febrero de 1990, con supervisión de representantes nacionales y extranjeros, con experiencia en comicios electorales en diferentes países.

Se hicieron presentes representantes del Centro Carter, por EE. UU. Otros países con gobiernos democráticos enviaron observadores y avalaron los resultados finales.

El gobierno de entonces tenía la seguridad de que iba a triunfar sin dificultad. Aún más, las encuestas favorecían al candidato del FSLN, partido en el gobierno, Daniel Ortega.

Surgió lo inesperado: el pueblo acudió a las urnas masivamente, y el 25 de febrero, filas interminables de ciudadanos llegaron a las Juntas Receptoras de Votos y depositaron su voto.

Todo esto ocurrió en todo el país. Periodistas y observadores extranjeros, regresaron impresionados porque habían presenciado un acontecimiento cívico normal.

El pueblo de manera inteligente, ordenada y disciplinada, recibió la boleta y marcó en la casilla de su preferencia.

Los representantes de los partidos participantes esperaban los resultados en la sede de cada uno de ellos.

A medianoche del 25 de febrero el asesor principal de la campaña de doña Violeta Barrios de Chamorro y candidato a diputado por Managua, Alfredo César Aguirre, tenía el resultado del conteo rápido que habían hecho las Naciones Unidas, en el que la Unión Nacional Opositora (UNO) obtenía la victoria. Sin embargo, los miembros de la ONU y la OEA les pidieron que no se publicara de inmediato para que el FSLN asimilara la derrota.

A las 2:30 a.m. le dijeron a doña Violeta que el FSLN ya estaba sabido de la derrota, pero esperaba unas horas para comunicarla a sus seguidores. Y a las 5:00 a.m. el candidato del FSLN, Daniel Ortega, compareció en cadena nacional de radio y Tv aceptando la derrota.

Al comienzo hubo desconcierto, inconformidad y resistencia a aceptar los resultados, pero el expresidente Carter convenció a los perdedores, que el resultado era irreversible. Encuestadores, observadores y periodistas nacionales y extranjeros, se sorprendieron.

Uno que estaba convencido de que el Frente Sandinista ganaría las elecciones era el poeta Ernesto Cardenal, quien se fue a dormir tranquilamente la noche del 25 de febrero de 1990. Sin embargo, pasada la medianoche lo despertaron para decirle de los desfavorables resultados. “Esa madrugada tuve una noche oscura. La más oscura de mi vida, no podía entender la voluntad de Dios”, cuenta en su libro La Revolución perdida.

Un periodista de una cadena de Tv extranjera expresó en su país que no había entendido lo que había pasado en esos comicios nicaragüenses.

Después alguien le aclaró que el nicaragüense es muy astuto y empleó, lo que se conoce como el “güegüense”, y engaña al encuestador o entrevistador, y al final decide lo que lleva en su mente y conciencia. De manera que ganó el pueblo y la democracia representada en la persona de doña Violeta Barrios que encabezaba la coalición de partidos, UNO.

Esta fecha no debe quedar en el olvido, porque fue acontecimiento que estremeció a los que creyeron que el pueblo les apoyaba de manera indiscutible e incondicional. Era todo lo contrario, y parece persistir esa actitud, por eso hay mucha desconfianza en las encuestas y en algunos candidatos que representan a partidos en los comicios electorales.

El pueblo está desconfiando en grupos y diputados que se hacen llamar “opositores”. No se excluyen integrantes de sectores religiosos que les gusta participar en política y contiendas electorales para su beneficio.

El autor es médico.

[email protected]

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí