El hecho de que Nicaragua siga siendo el segundo país de América Latina con la tasa más elevada de embarazos en adolescentes, evidencia la ausencia de una política pública de protección a los adolescentes, agudiza la pobreza y demuestra la necesidad de educación integral de la sexualidad, explicó el representante del consejo de dirección de Coordinadora de ONG que trabajan con la niñez (Codeni), Mario Chamorro.
“Este es un problema grave porque aquí (en Nicaragua) se está hablando de que más de 35,000 niñas y adolescentes han quedado embarazadas producto, principalmente, de relaciones desiguales de poder entre hombres adultos y adolescentes y niñas, en muchos casos estas relaciones fueron abusivas”, expresó Chamorro.
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De acuerdo con el informe Acelerar el Progreso hacia la Reducción del Embarazo en la Adolescencia en América Latina y el Caribe, publicado el pasado miércoles por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en Nicaragua por cada 1,000 mujeres que dan a luz 92.8 están en el rango de 15 a 19 años.
“El embarazo las deja en una situación desventaja para su desarrollo integral. Son las primeras que dejan la escuela, son las primeras que se integran al trabajo doméstico y es una gran cantidad de niñas y adolescentes afectadas por este mal y hasta el momento se sabe muy poco de políticas públicas que enfrenten esta problemática de manera precisa”, agregó Chamorro.
“El embarazo las deja (a las adolescentes) en una situación desventaja para su desarrollo integral. Son las primeras que dejan la escuela, son las primeras que se integran al trabajo doméstico”. Mario Chamorro, representante del consejo de dirección de Codeni