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reducción de desastres

Hoy es Día Internacional para la Reducción de los Desastres, y se conmemora para promover una cultura global de reducción de desastres. LAPRENSA/JADER FLORES

Desastres que nos heredan traumas en Nicaragua

A medida que los eventos naturales aumentan, los traumas que provocan en las poblaciones afectadas también podrían incrementarse.

Con el aumento de los eventos naturales, los traumas que estos dejan en las poblaciones afectadas podrían ser más recurrentes. En el caso de Nicaragua, el tiempo no ha podido olvidar el terror que dejó aquel terremoto de 1972.

Para quienes vivieron el devastador sismo, en dependencia de las pérdidas que tuvieron, materiales o humanas, el trauma es mayor y en muchos casos no ha sido superado. A eso se debe sumar que es más difícil de superar cuando por naturaleza una persona es más ansiosa de lo normal, ya que cualquier acontecimiento a su alrededor lo pone más nervioso, y hasta piensa que se anticipa un terremoto, explicó la psicóloga clínica Mey Pérez Cordero.

Según las estadísticas del Banco Mundial, en esta época se producen cuatro veces más desastres naturales que en la década de 1960. En ese año hubo cuarenta desastres mundiales y en 2016 se contabilizaron 348 eventos. Pérez Cordero sostiene que al ocurrir mayores eventos, hay un mayor estado de alerta y ansiedad porque son inesperados.

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Señala que el trauma solo se instaura cuando una persona ha sido afectada directamente por el desastre y más si perdió seres queridos. En Nicaragua, la histeria que se vive cuando tiembla puede estar relacionada con que las generaciones de 1972 heredaron ese temor.

“Las conductas ansiosas se van aprendiendo en la familia. Si alguna de esas personas que vivieron el terremoto ahora tienen nietos, tienen hijos y si ellos se alarman bastante todavía porque no han superado ese trauma, entonces le transmiten eso a su generación”, explicó la especialista.

Es normal que los nicaragüenses, en especial los que habitan en la franja del Pacífico, se preocupen porque viven sobre fallas (geológicas), pero tener una crisis de nervios o desmayarse ante un pequeño sismo, requiere de atención clínica, recomendó Pérez Cordero.

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Wilson Galo ha trabajado en gestión de riesgo en Centroamérica y asegura que la histeria ante un temblor es más recurrente en Honduras y Nicaragua, mientras que en Guatemala y El Salvador hay una cultura de mayor sensibilidad.

Salud mental tras eventos

Según las proyecciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 12 meses después de un evento natural, de tres a cuatro por ciento de la población puede sufrir desórdenes severos: psicosis, depresión severa, trastorno de ansiedad; mientras que de 15 a veinte por ciento de la población afectada sufre depresión y ansiedad moderada.

Al momento de un desastre, la OMS recomienda que en todos los centros de atención general se asignen evaluaciones y manejo de problemas de salud mental a un profesional sanitario, como mínimo. Lo cierto es que “la población padece una serie extensa de problemas de salud mental durante y mucho después de situaciones de emergencia”, asegura el organismo internacional.

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movimientos (entre sismos y microsismos) se registraron en el último enjambre sísmico en Managua, según un monitoreo desarrollado por el geólogo Eduardo Mayorga

Nacionales Desastres Eventos Naturales traumas archivo

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