Son 115 kilómetros de tubería de agua potable que necesitan reemplazarse en Managua para reducir las fugas y fortalecer el sistema de acueducto frente a eventos sísmicos y otros posibles daños, de acuerdo al informe final del Plan Maestro de Desarrollo Urbano de Managua, elaborado por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA).
En el mismo documento aparece el mapa de la red a tocar, se menciona que la inversión es de 13 millones de dólares y que el proyecto debe estar finalizado para el 2020.
Respecto a la propuesta de los japoneses en el tema de agua potable, la expresidenta ejecutiva de la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal), Ruth Herrera, dijo que es acertada porque la capital enfrenta una problemática seria en cuanto a la pérdida del vital líquido por fugas.
No obstante, Herrera observó que el mapa indica que la propuesta está dirigida al reemplazo de las líneas principales, “o sea las líneas que conducen el agua desde los pozos a los tanques y luego hasta los principales puntos de redistribución, pero no las líneas de abastecimiento a los hogares”, que también tienen fugas considerables.
Toda el agua que se extrae de los pozos y que no es usada, en Enacal técnicamente es conocido como agua no facturada, que representa pérdidas a la empresa aguadora.
Tubería vieja
En el proyecto de reemplazo de tubería vieja y vulnerable, que se desprende del Plan Maestro de Desarrollo Urbano, se indica que varias tuberías están construidas con tubos asbesto-cemento, que se conocen por ser muy frágiles y susceptibles a terremotos y otros fenómenos naturales.
En el estudio se aclara que el enfoque principal de Enacal es la reducción del agua no tasada.