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ajuste fiscal, Nicaragua

Economista Adolfo Acevedo. LA PRENSA/ARCHIVO

La “estratigrafía” de la crisis del INSS

Una estratigrafía de la crisis del INSS debería poner de manifiesto las diferentes capas o estratos que se han ido sobreponiendo hasta llegar a producir la actual crisis de solvencia, sumamente grave, que enfrenta

La estratigrafía estudia la superposición horizontal y vertical de capas o estratos de rocas, la cual pone de manifiesto el orden y naturaleza de los eventos geológicos que han producido las formaciones actuales. Una estratigrafía de la crisis del Instituto Nicaragüense del Seguro Social (INSS) debería poner de manifiesto las diferentes capas o estratos que se han ido sobreponiendo hasta llegar a producir la actual crisis de solvencia, sumamente grave, que enfrenta el INSS.

El primer estrato estaría representado por las características estructurales del mercado laboral nicaragüense. Como se sabe, la base fiscal real de cualquier sistema de seguro social esta representada por el crecimiento del empleo formal, de mayor productividad, y sus ingresos reales. Esta base económica real del sistema debe crecer a las tasas requeridas para poder sostener, a lo largo del tiempo, el crecimiento del número de pensionados, y de sus pensiones promedio.

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Pero la economía nicaragüense genera, predominantemente, empleo de muy baja productividad, y los salarios promedio reales de los ocupados en el denominado sector formal también son presionados hacia abajo por la presencia de un extenso segmento de sobre-población relativa que sobrevive de actividades equivalentes al subempleo o al desempleo encubierto.

Esto es lo que hace que, pese a que la población es todavía relativamente joven, la base económica real del sistema no crezca al ritmo que podría hacerlo si la fuerza de trabajo en expansión, como resultado del bono demográfico y el bono femenino, estuviese siendo absorbida por empleos de mayor productividad e ingresos reales.

El segundo estrato que debemos examinar, estaría representado por el desequilibrio actuarial existente entre contribuciones y beneficios: como han demostrado los sucesivos estudios actuariales efectuados en las ultimas dos décadas, las actuales tasas de reemplazo no pueden ser sostenidas a lo largo del tiempo por las actuales tasas de contribución, por lo cual, a la larga, deberían de ajustarse las tasas de reemplazo, las tasas de contribución, o ambas. Por supuesto, lo que haría toda la diferencia del mundo seria la tasa de expansión de la base fiscal real del sistema.

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Pero este desequilibrio actuarial no explica, por sí mismo, el por qué, con una tasa de contribución del régimen integral del 25.5 por ciento, la cual teóricamente debía haber hecho posible la solvencia del INSS hasta algún año de la década del 2030, el INSS se encuentra, ahora mismo, a punto de caer en la insolvencia.

El tercer estrato estaría representado por el hecho de que el INSS, que por definición administra regímenes de seguro –esto es de distribución colectiva del riesgo-, que en principio se financian mediante las contribuciones de los afiliados, ha debido asumir el financiamiento de funciones que corresponden a la Política de Protección Social del Estado, las cuales debían ser asumidas por el Presupuesto General de la República.

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El financiamiento de estas funciones representa una carga desproporcionada para el INSS, que con su peso tiende a acelerar con rapidez el arribo de la insolvencia; en contrapartida se encuentra la dificultad del Presupuesto para asumirlas mientras persista el régimen de masivas exenciones, exoneraciones y tratamientos especiales, que da origen a una considerable pérdida de ingresos fiscales.

El cuarto estrato estaría representado por el crecimiento, fuera de toda proporción, de los gastos administrativos, y por la ampliación de los déficits, y el congelamiento del fondo de reservas del INSS, debido a inversiones inmobiliarias y otras que no encuentran mucha justificación, y que son de muy difícil liquidación. Pero este estrato solo revela la existencia de otro estrato subyacente, de mayor relevancia todavía, que es el primero que se debía enfrentar.

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Este estrato último reside en el hecho de que el INSS, para estar en capacidad de enfrentar esta crisis, y para recuperar credibilidad en términos de que no volverá a repetirse el circulo vicioso que lo llevo a desembocar aquí, debe transformarse en una entidad autónoma y profesional, técnicamente capaz, absolutamente transparente, capaz de rendir cuentas claras en todo instante, ajustada a derecho, y concentrada exclusivamente en el cumplimiento eficaz de sus objetivos y funciones.

A partir de allí debe comenzarse a desenmarañar el impacto de los demás estratos, entendiendo que, enfrentar algunos de los mas profundos, implicaría el establecimiento de un pacto social diferente.

El autor es economista

[email protected]

 

Economía Adolfo Acevedo Vogl Economía y Desarrollo archivo

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