La ambición de las mujeres profesionales suele ser mayor que la de los hombres en el ámbito laboral, pero esto puede cambiar en el momento que tienen que decidir entre la familia y el trabajo, pues algunas consideran que casarse o tener hijos les demandaría tiempo y eso afectaría su productividad en el trabajo.
El estudio de la firma de consultores Price Waterhouse Coopers (PWC) Qué tiene que cambiar para las mujeres en el trabajo, revela que el 42 por ciento de las mujeres se sienten nerviosas sobre el impacto que puede tener empezar una familia en su carrera.
“Primero porque iniciar una familia implica asumir nuevas responsabilidades, en algunos casos es un cambio de vida radical, por los menos en mi caso así ha sido, pero además implica un impacto desde el punto de vista de las relaciones laborales, porque ahora le dedicás más tiempo a tu familia, pero además esto te reduce tu tiempo para autocuidado como mujer y eso es parte de lo que las mujeres pensamos antes de formar una familia”, dijo Dayra Valle, subdirectora del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp).
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La maternidad y el trabajo
La preocupación de las mujeres aumenta cuando son nuevas madres, pues el estudio señala que el 48 por ciento de ellas siente que no se les toma en cuenta para promociones y proyectos especiales al volver al trabajo, después del parto.
Para Dayra Valle la falta de ascensos para las mujeres en esta etapa no es algo nuevo en el mundo laboral. “Las mujeres pensamos que dadas nuestras nuevas obligaciones familiares, necesitamos más tiempo y eso disminuye las posibilidades que tienen las mujeres de dedicarle tiempo para el trabajo, y eso te afecta en la promoción, porque generalmente las promociones traen responsabilidad y esas responsabilidades tienen una mayor carga de trabajo por ende mayor tiempo”.
Por su parte, la exsecretaria de la Asociación de Ejecutivos de Recursos Humanos de Nicaragua (Aerhnic), Kelly Valle, indica que si bien la rutina de las mujeres cambia, a medida que haya más compromiso de parte de la pareja en apoyarla en las responsabilidades, la mujer siempre va a mantener los mismos niveles de productividad en las asignaciones. En el caso de las madres solteras deben buscar una alternativa de apoyo.
Ximena González,gerente de fideicomiso de Banco Lafise asegura que es lógico pensar que para la mujer significa una cierta desventaja profesional, en comparación con los hombres, el estar criando una familia al mismo tiempo que se está desarrollando profesionalmente, pero este mismo hecho puede más bien ser el catalizador o el que impulse a la mujer a su desarrollo profesional.
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El apoyo de la pareja es fundamental
“La mayor fortaleza que puede tener una ejecutiva en el rol de desempeñarse teniendo familia es el apoyo de la pareja, eso es incondicional porque dividís roles, pero además la parte económica influye mucho en la estabilidad laboral para que una ejecutiva se desarrolle, porque siendo madre soltera es un poco más complicado, porque lo económico te va a afectar, porque si se enferma solo tiene a la mamá, yo no digo que no lo va a lograr, porque yo he visto madres solteras que son de mi admiración y respeto”, dijo Valle.
Lylliam Huelva, investigadora de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), señala que si una mujer adulta decide ser madre en el tiempo de su desarrollo profesional el temor es muy distinto a una madre adolescente.
“Si el embarazo ocurre durante la adolescencia y están estudiando, las estadísticas reflejan que la mitad no regresa a estudiar una vez concluye el embarazo, porque no tiene con quién dejar al bebé, pero si el embarazo ocurre en la edad adulta, el temor puede estar influenciado por otras causas, como el acceso a servicios de cuidado infantil, la jornada que puedan tener los mismos y qué tan compatibles son los horarios con el empleo o los empleos a los que podría acceder en el futuro”, explica Huelva.
Esa situación hace, según el estudio Efectos de la maternidad en la inserción laboral de las mujeres, de Funides, que la tasa de participación laboral de las mujeres con hijos menores de 14 años aumenta a medida que van creciendo.
Además el estudio indica que de cada cinco mujeres que laboró previo a su primer embarazo, de ellas una de cada dos, regresa a su ocupación laboral y la principal razón por la cual no regresa es falta de cuido de los infantes.
Ser madre después de los 20 años
También ese estudio evidenció que las mujeres que fueron madres en la adolescencia ganan 28.1 por ciento menos que aquellas mujeres que fueron madres hasta después de los 20 años. “La diferencia en ingresos se debe a que tienen un menor nivel educación, un menor acceso a empleos formales y acceden a ocupaciones más precarias”, dijo Huelva.
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El artículo 138 del Código de Trabajo dice que “la mujer trabajadora gozará de todos los derechos garantizados en este código y demás leyes sobre la materia en igualdad de condiciones y oportunidades, y no podrá ser objeto de discriminación por su condición de mujer. Su salario estará de acuerdo a sus capacidades y al cargo que desempeñe”.
FMI: mujeres aportan sin pago
El informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) Las mujeres, el trabajo y la economía, explica que las mujeres realizan una contribución sustancial al bienestar económico al aportar grandes cantidades de trabajo no remunerado, como en el cuidado de los niños y tareas domésticas, que en muchos casos siguen siendo invisibles y no se contabilizan en el PIB.
“La capacidad de las mujeres para participar en el mercado laboral se ve limitada por la gran cantidad de tiempo que dedican a trabajos no remunerados. En promedio, las mujeres dedican el doble de tiempo que los hombres a tareas domésticas y cuatro veces más al cuidado de los niños, lo cual permite que los hombres de la familia dispongan de mayor cantidad de tiempo para participar en la fuerza laboral formal”, se lee en el documento.
El FMI en el informe da a conocer que en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), diariamente las mujeres dedican dos horas y media más que los hombres a trabajos no remunerados, independientemente de que sus cónyuges estén o no empleados.
Las mujeres en el mercado laboral
A nivel nacional aunque al menos el cincuenta por ciento de las mujeres tiene trabajo permanente y otro porcentaje tiene trabajo por cuenta propia, una parte de las mujeres sigue realizando un trabajo no remunerado, detallan datos del Banco Central de Nicaragua (BCN).
Solo en Managua el 51.8 por ciento de las mujeres tiene empleo permanente; un 34.1 por ciento trabaja por cuenta propia; un 5.9 por ciento son patronas; el 4.7 por ciento realiza un trabajo no remunerado; y el 3.5 por ciento son trabajadoras temporales.
Empresas de mujeres generan menos riqueza
El informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Las mujeres, el trabajo y la economía, señala que “la disparidad de género en lo que respecta a los ingresos es aún mayor en el caso del empleo por cuenta propia que en el empleo asalariado. Un factor que puede explicar este fenómeno es que las mujeres dedican menos tiempo que los hombres a su empresa.
En promedio, las empresas de propiedad de mujeres registran menores ganancias y tienen una menor productividad laboral que las empresas de propiedad de hombres.