Pese a que antes de Semana Santa un grupo de médicos hizo el llamado a la población a que considerara ciertas medidas para prevenir las muertes por sumersión, 23 personas fallecieron ahogadas.
El cadáver de Franklin Antonio Vílchez, de 26 años, apareció flotando la mañana de ayer en las costas de la laguna de Xiloá y se sumó a la lista de ahogados.
Vílchez llegó el pasado domingo a la laguna y se presume que estaba bajo los efectos del licor cuando ingresó al agua.
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Precisamente, el consumo de alcohol, descuidar la atención a los niños y hacer prácticas arriesgadas en el agua son algunos de los factores de riesgo de ahogamiento que había señalado el director del Centro de Investigaciones y Estudios de la Salud (CIES), Miguel Orozco, junto con el médico internista Vicente Maltez.
Este último indicó que las personas no acatan las recomendaciones debido a que el aprecio por la vida en una sociedad posbélica, como la nicaragüense, es menor, por otro lado, también incide el nivel educativo de la población, además de ausencia de políticas públicas de salud: “No hay campañas para que te digan preservá la vida, no te lancés al agua (…)”, dijo.
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Más acciones
En la comunicación del lunes pasado, la vicepresidenta designada por el poder electoral, Rosario Murillo, dijo que impulsaría acciones para frenar este tipo de muertes.
“Algo tenemos que hacer el año que viene; tal vez más campañas para promover, porque la mayoría de las personas que fallecieron ahogadas, salvo los niños menores, es porque entraron al mar o a lugares: pozas, los ríos, en estado de ebriedad”, dijo.
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