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Lula da Silva saluda a sus seguidores desde la sede de un sindicato metalúrgico en São Bernardo do Campo, un suburbio de Sao Paulo, donde se resguardó de las autoridades. LA PRENSA/EFE

Expresidente Lula da Silva no se entrega a la justicia en el plazo previsto por un juez en Brasil

El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva incumplió una orden de la corte de entregarse a la policía de Brasil. El exmandatario brasileño siempre ha negado haber cometido delito alguno.

El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, no se entregó a la Justicia en el plazo dado por el juez federal Sergio Moro y, más bien, permanece atrincherado en la sede de un sindicato en Sao Paulo.

El auto de prisión dictado por el juez Moro daba de plazo hasta las 5:00 de la tarde (hora local) para que Lula se entregara voluntariamente, y así comenzar a cumplir una condena de 12 años de cárcel por corrupción.

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Lula, acuartelado desde la tarde de este jueves en la sede del Sindicato de Metalúrgicos de São Bernardo do Campo, su cuna política, permaneció en la edificación sin dar pistas sobre si se entregará más tarde o si esperará que la Policía lo busque.

El desacato genera una gran tensión, debido a que habilita a las autoridades a realizar una operación para intentar capturarlo, aunque voceros de la Policía Federal dijeron que proseguirán las negociaciones con la defensa del expresidente, antes de intentar alguna operación de captura.

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Según la legislación brasileña, una orden de captura sólo puede ser cumplida entre las 6:00 de la mañana y las 6:00 de la tarde, con lo cual si Lula no se entrega, serán las autoridades las que pasarán a tener un plazo de una hora para arrestarle.

En caso de que no lo hagan en ese periodo, tendrán que esperar hasta la próxima semana para cumplir la orden.  El expresidente ya estuvo 31 días detenido en 1980, cuando dirigía las grandes huelgas obreras contra la dictadura militar (1964-1985).

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De acuerdo con fuentes judiciales, tras la negativa a entregarse, el histórico dirigente perdió el derecho a los beneficios que le había concedido el juez, como una celda especial en la estará aislado de los demás presos.

“Lula tendrá que resistir, pero en algún momento tendrá que entregarse. Los militantes aceptaremos cualquier decisión que él tome”, afirmó Michelle Baza, una farmacéutica de 37 años, militante del Partido de los Trabajadores, del partido de Lula.

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