El número de casas maternas no es esencial para frenar la mortalidad materna en el país, lo importante es el funcionamiento y el sostenimiento de las mismas, considera la investigadora en temas de salud, Ana María Pizarro.
“Todo los esfuerzos que se hagan por fortalecer las casas maternas va a reducir de verdad la mortalidad materna”, aseguró Pizarro, quien recordó que las casas maternas surgieron como una propuesta de las primeras feministas en el país.
La vicepresidenta designada por el Consejo Supremo Electoral, Rosario Murillo, aseguró este jueves que la Organización Panamericana de la Salud (OPS), presentarà un informe de reconocimiento de estrategia de casas maternas existente en Nicaragua.
A criterio de Pizarro, “las casas maternas han tenido un devenir errático, porque por un lado no ha habido un verdadero apoyo a las casas maternas que se fundaron en los (años) 80 y los 90 y es así que muchas veces han tenido que ser subsidiadas por las propias organizaciones de mujeres”. Y fue posteriormente que el Minsa comenzó a enviar médicos que “es básico y elemental” y algún tipo de sostenimiento y luego esa institución empezó a construir nuevas casas maternas.
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Pizarro dijo, que debería conocerse si se hace educación continua desde las mismas, cuáles son los criterios para ingresar a las mujeres embarazadas a las casas maternas y cuáles son los criterios para enviar al hospital o a una unidad de salud cuando la mujer ya está en condición de ser enviada.
Mujeres son presionadas
Según Pizarro, hace unos cinco años ella realizó un trabajo y conoció de las presiones que reciben las mujeres y los familiares de estas para que salgan con mucho tiempo de anticipación de su comunidad y se dirijan a las casas maternas aunque no sea necesario, “porque hay como una orden de salir y hay amenazas, presiones, que no tendrían por qué ser, porque a veces las llevan dos, tres meses antes”.
Esto lleva a las mujeres a desesperarse porque abandonan su familia, su casa, los animales, y sus cultivos.
“Realmente no se justifica tenerlas tres meses, para todo eso se necesita una buena coordinación entre la comunidad, Ministerio de la salud y la casa materna”, sostuvo Pizarro.
Mencionó la especialista que por ejemplo, en ese momento en Matagalpa comprobó que había una casa de parto donde había una sobrepoblación, porque “se usa como propaganda política”, pues promueven que esté la familia, y hay casos donde observó en esa ocasión que las mujeres “dejan que maridos duerman en la cama y ellas en el piso”.
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En esa ocasión, Pizarro también comprobó que en algunos casos debían hacer colectas porque no alcanzaba el presupuesto, algunas presentaban problemas como que la cocina estaba dañada, que la televisión no funcionaba y el presupuesto daba para la mitad de la población que recibían.
No hacen falta más casas maternas
El miércoles Murillo expresó, que había consultado a la ministra de Salud, Sonia Castro y al presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras, desde su sombrero como coordinador de Fetsalud, si hay necesidad de más casas maternas en el país, estos expusieron que no e insistieron en la necesidad de promover una cultura de prevención, de atención y de reconocimiento de los signos de alerta, sobre todo de lograr que las embarazadas acudan a los centros de atención en salud.
Murillo anunció que promoverán encuentros con embarazadas por cada municipio en las casas maternas, donde abordarán lo relativo a las señales de peligro, a igual que promoverán encuentros municipales con parteras y prometió elevar la calidad en la atención en las unidades de salud.