Un joven de 17 años, identificado como Dimitrios Pagourtzis, llegó con una escopeta y un revólver a una secundaria en la zona metropolitana de Houston, Estados Unidos, y mató a tiros a 10 personas, en su mayoría alumnos, dijo la policía.
Esta sería la matanza más numerosa en Estados Unidos desde la ocurrida en Florida, misma que propició que centenares de adolescentes emprendieran una campaña a favor del control de las armas.
El presunto agresor, que fue detenido, llevaba además artefactos explosivos que fueron encontrados en la escuela y los alrededores, dijo el gobernador Greg Abbott, que describió lo sucedido como “uno de los ataques más atroces que hayamos conocido en la historia de las escuelas en Texas”.
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Hasta el momento la policía no dijo cuál fue el motivo de la masacre, y según el gobernador, el atacante intentó suicidarse pero se rindió y dijo a la policía que no tuvo valor para quitarse la vida.
Esta masacre se registró en menos de tres meses, después de la que dejó 17 muertos en la secundaria Marjory Stoneman Douglas en Florida. “Están ocurriendo en todas partes. Siempre presentí que terminaría pasando aquí también”, afirmó la alumna Paige Curry, de la secundaria Santa Fe, a la televisora KTRK de Houston.
Otras 10 personas resultaron heridas en la escuela en la ciudad de Santa Fe, de unos 13,000 habitantes, a unos 48 kilómetros al sureste de Houston.
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Entre los heridos había un policía escolar que fue el primero en confrontar al agresor y resultó herido de bala en un brazo.
Michael Fariña, de 17 años, dijo que estaba en otro lugar de la escuela cuando comenzaron los tiros y pensó que se trataba de un simulacro de incendio. “Estaba sosteniendo una puerta abierta para alumnos en sillas de ruedas cuando un director vino corriendo gritando a todos que huyeran”.
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Los estudiantes fueron llevados a un lugar detrás de una concesionaria de autos al otro lado de la calle. Algunos, pensando que todavía no estaban a salvo, se saltaron una cerca atrás del establecimiento para huir más lejos, dijo Fariña. “Pensé hacer lo mismo”, agregó.
Creyente
El agresor, de 17 años, juega en el equipo de fútbol de la secundaria Santa Fe y es miembro de un grupo de danza de una Iglesia ortodoxa griega local.
Las personas que lo conocen lo describieron como un chico tranquilo y sencillo, un ávido jugador de juegos de video que de manera rutinaria iba a clases con gabardina negra y botas negras. El detenido disparó con una escopeta y un revolver calibre 38 de su padre, que poseía ambas armas legalmente, declaró Abbott.