14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
Candidatos

Acto puro de los obispos

Ha sido la de los obispos en Monimbó y en todo el trayecto de la mediación una actitud pastoral política digna de valorarse en favor de la Nación

El mensaje en favor de la salvación impidió una más trágica matanza. Tuvo un impresionante efecto. Bajó a la tierra desde las alturas con la velocidad luz que no había descubierto el hombre.

¿Qué base tiene semejante deducción? La sustenta la coincidente invitación que hizo el Redentor desde los dominios celestiales a donde viajó después de ser sacrificado porque Él vivió la experiencia dolorosa de la cruz, porque no olvida desde la eternidad a los que estuvieron clavados con la esperanza de ser redimidos por la libertad, la techumbre que cubre a los linajes de la felicidad.

No fue por una coincidencia que el día que la represión del Gobierno quiso derribar la cabeza indígena y por tanto ancestral de Monimbó, estampa épica que lleva en la portada el colorido folclórico, los obispos se pusieron de acuerdo para ir, incitados por la fe al lugar de sumo peligro donde las campanas habían anunciado el ataque de las fuerzas paramilitares cobijadas por el signo estatal que llevaban la misión en fría planificación de romper las puertas del símbolo representado por Monimbó, el mismo que fuese cantado por Carlos Mejía Godoy con eufórica profecía.

Monimbó vive. No cayó en el peligro de ser extinguida gracias a la unidad inspirada en la fe. Se reunieron antes de la embestida porque desde el cielo recibieron el mensaje. La cruz milenaria prendió el bombillo. Solo así con la obediencia a esa iniciativa podían estar todos juntos con una mágica celeridad horas antes para que pusiesen los pies y el corazón en el centro fatigado de la tierra amenazada para estar en el convite espiritual. Mejor vacuna no podía existir para evitar el flagelo mortal de la agresión.

Antes que se produjese el encuentro, las campanas combinaron el sonido con el silencio humedecido de las lágrimas porque también las campanas lloran. Las almas se arrodillaron concatenadas con la superficie. Nunca pudo concebirse el convivio más hermoso en la doliente y gozosa filosofía de la vida donde todo se piensa y donde también se actúa en nombre de la acción. La tragedia fue evitada por los mensajeros de Cristo, el cardenal Leopoldo Brenes, el obispo Silvio Báez, el nuncio apostólico y otros miembros del clero que tuvieron la valentía de llorar.

A los obispos y al clero arquidiocesano y el reconocimiento también a los actuantes civiles del Diálogo Nacional por estar presentes no solo en la sede habitual de sus despachos, sino en la tierra donde está expuesta la vida.

Ha sido la de los obispos en Monimbó y en todo el trayecto de la mediación una actitud pastoral política digna de valorarse en favor de la Nación.

El autor es periodista.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí