Cientos de nicaragüenses volvieron a tomarse las calles de Managua, Nueva Segovia, Madriz y Matagalpa este sábado, en multitudinarias caravanas y marchas en expresión de repudio y exigirle la renuncia al presidente designado, Daniel Ortega, por los más de 350 asesinatos producto de la represión de los paramilitares y antimotines del régimen.
Las protestas en las calles se mantendrán hasta que Ortega acepte el adelanto de las elecciones, aseguraron los miembros de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, Azahálea Solís y Carlos Tünnermann.
Ambos miembros de la Alianza informaron que no se descarta convocar a un paro nacional indefinido, para incrementar la presión.
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Con las caravanas azul y blanco en varios departamentos del país culminaron los tres días de protestas continuas, que incluyeron una marcha nacional y un paro nacional de 24 horas los días 12 y 13 de julio, respectivamente, convocados por la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.
Paro nacional indefinido no se descarta
Tünnermann y Solís dijeron, por separado, que un paro nacional es parte de las alternativas en discusión en la Alianza Cívica, aunque dejaron claro que para convocarlo deberá tener el previo respaldo de todas las cámaras empresariales, incluidos los pequeños y medianos negocios.
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“No está descartado un paro nacional indefinido, pero no es la primera alternativa, (porque) el paro debe ser consensuado con todas las cámaras del sector privado. Vamos a seguir en las calles con caravanas, con marchas, plantones de rotonda a rotonda y todas las formas de protesta pacífica que han fortalecido a la Alianza Cívica para lograr avances en el Diálogo Nacional”, afirmó Tünnermann.
Por su parte, Solís consideró que a pesar de que las fuerzas paramilitares y antimotines apunta de bala han desarticulado gran parte de los tranques que universitarios, campesinos y autoconvocados tenían en varios municipios, “la población no se rinde, porque sigue en las calles exigiendo libertad”.
“Aquí nadie se rinde. El paro indefinido no te puedo decir ahora si lo vamos a convocar, pero con seguridad tomaremos toda medida de protesta pacífica para causar problemas económicos a este régimen, para que deje de financiar a sus grupos represores”, dijo Solís.
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Llamar a la población y a los comercios a la desobediencia fiscal, para que no se paguen los impuestos al Gobierno, “es uno de los temas sobre el tapete” en la Alianza y seguramente en un momento se va a tomar la decisión, reveló Solís, representante de la sociedad civil en el Diálogo Nacional.
Diálogo próxima semana
A pesar de que Ortega ha demostrado no tener voluntad política de querer resolver la grave crisis social, económica y política que sufre Nicaragua desde el 18 de abril pasado, la Alianza Cívica persistirá en el Diálogo Nacional como la vía para lograr una solución cívica y democrática.
Tünnermann y Solís explicaron que esperan que los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), mediadores y testigos, convoquen la próxima semana a la reanudación del Diálogo Nacional, con la Comisión de Verificación y Seguridad.
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Solís refirió que “es urgente el desmantelamiento de los paramilitares” del orteguismo y con ello el cese de la represión a los civiles, por lo que la Comisión de Verificación y Seguridad debe centrarse en que el Gobierno cumpla las 15 recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“Aquí la única forma es seguir presionando de forma pacífica porque es más importante evitar que haya un baño de sangre mayor. La voluntad del pueblo de que se vayan sigue, aquí está demostrado (en la caravana) que el pueblo no tiene miedo a pesar de los ataques” del orteguismo, manifestó Solís.
Pueblo en las calles
En Managua, la caravana azul y blanco recorrió unos ocho kilómetros de la ciudad exigiendo justicia y democracia para Nicaragua. Decenas de personas en motocicletas, carros, camionetas e incluso gente caminando participaron en la actividad y coreaban: “Este es el pueblo que le grita a Ortega: ¡de que te vas, te vas!”.
La caravana inició en la rotonda Jean Paul Genie y recorrió la Carretera a Masaya, Colonia Centroamérica, Altamira, Colonia Máximo Jerez, el barrio Liberia, y de El Dorado hacia la rotonda Cristo Rey se dirigió hacia el sector del Autolote El Chele y concluyó en la plaza del monumento de Alexis Argüello. A medida que la caravana avanzaba, la gente salía de sus negocios y hogares con banderas azul y blanco, apoyando la manifestación.
También en los departamentos Miles de nicaragüenses también salieron a las calles en varios municipios de Nueva Segovia, Madriz y Matagalpa para exigir la salida de Ortega del poder y que deje de seguir derramando la sangre del pueblo.
En Nueva Segovia unas cuatro mil personas procedentes de los municipios de Jalapa, Santa Clara, San Fernando, Ciudad Antigua y Mozonte, salieron en una larga caravana hacia la ciudad de Ocotal.
Igual fueron miles los participantes en la caravana en Somoto, Madriz. Durante las manifestaciones en Ocotal y Somoto hubo presencia de paramilitares y grupos orteguistas que con acciones intimidatorias acosaron ambas caravanas.
En la ciudad de Matagalpa, pobladores realizaron la caravana denominada Fiel a mi bandera, donde repudiaron la represión en el país y particularmente el ataque contra los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua).
Colaboración de Ivette Munguía, William Aragón y Luis Eduardo Martínez