Después de haber irrumpido en las Grandes Ligas y mostrar el temple de un lanzador veterano a pesar de las luces y la tensión de Nueva York, Jonathan Loáisiga está muy próximo a un regreso.
Loáisiga actuó por última vez en las Ligas Mayores el 2 de julio ante los Bravos, tras verse afectado por una molestia en el hombro, que por fortuna no tenía daños estructurales. Ahora está sano.
Eso es lo que se desprende luego de sus faenas en la Liga de Novatos de la Costa del Golfo y en la categoría AA con los Truenos de Trenton, donde brilló en su última salida de cuatro episodios.
Lo esencial, es que ya no hay dolor. Está sano. Y poco a poco ha ido haciendo ajustes a sus picheos para retomar el nivel que mostró cuando fue ascendido a las Grandes Ligas en junio pasado.
Tal como lo publicamos en LA PRENSA, ante el Reading lanzó fuerte (95-97 millas), con control (una base en cuatro episodios) y graduó bien su esfuerzo (utilizó 49 disparos) en su trabajo.
Cuando le consultamos a Jonathan sobre los ajustes que debía hacer a sus envíos de rompimiento y cómo terminar a los bateadores, dijo que sí había mejorado y que eso fue una iniciativa suya.
De manera que cuando se le envió a las Menores por el problema en el hombro, Loáisiga llevaba también una idea clara de lo que tenía que mejorar en su repertorio y a eso le dio especial atención.
Y mientras Jonathan mejora, los Yanquis siguen con la necesidad de brazos en su rotación, lo que podría abrirle espacio de nuevo, en cuanto los neoyorquinos consideren que es el momento.
“La cuenta regresiva para tenerlo de vuelta ha iniciado”, dijo el mánager de los Yanquis Aaron Boone, mientras un ejecutivo indicó que sería interesante tenerlo listo en la recta final de la campaña.
Lo que sí está claro, es que el nica está más cerca de volver a las Mayores. Y como en su estadía probó que puede aportar, es natural que hay algunas expectativas sobre su regreso al big show.
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