Aún no sabemos qué tipo de impacto provocará en los Yanquis el experimentado jardinero Andrew McCutchen, pero seguro es mejor opción que cualquiera de las que ha tenido a mano Aaron Boone, para sustituir al lesionado Aaron Judge en el rightfield.
McCutchen, un outfielder con cinco participaciones en Juegos de Estrellas y un premio de Jugador Más Valioso en su trayectoria, llega a Nueva York a cambio del infielder Abiatal Avelino y el lanzador Juan de Paula, quienes se unirán a los Gigantes de San Francisco.
Un habitual jardinero central, pero convertido ahora en patrullero derecho, McCutchen ha bateado .255 con 15 jonrones y 55 carreras empujadas en 130 juegos este año, con .357 sobre las bases y 13 robos en 19 intentos, en un desempeño por debajo de sus estándares acostumbrados.
Ante la lesión de Judge, quien se fracturó la muñeca derecha el 26 de julio, impactado por un lanzamiento de Jakob Junis de Kansas City, los Yanquis han usado a Giancarlo Stanton y Shane Robinson entre otros jardineros, pero Stanton tiene afectada una pierna.
Y mientras Stanton ha jugado en 83 partidos seguidos, Robinson batea .143. Además, el veterano zurdo Brett Gardner, ha batallado todo el año y tiene promedio de .237. Así que la ayuda era más que necesaria en el outfield y Judge ya tardó mucho en regresar a la acción.
Inicialmente se pensó que en tres semanas estaría de vuelta, pero ya pasó un mes y aún no ha comenzado a hacer swing. De modo que no se prevé que regrese en las próximas dos semanas, sino a mediados de mes. Un bateador de esa magnitud hace falta, al igual que Gary Sánchez y Didi Gregorius.
Sin embargo, el punto será descubrir si McCutchen era lo que los Yanquis necesitaban para encarrilar a un equipo que ha batallado para ganar últimamente. Los Mulos resumieron 17-13 en agosto, primer mes en el que no tuvieron porcentaje de ganados y perdidos sobre .600.
Pero objetivamente, el más grande problema de los Yanquis ha sido Boston y su ritmo ganador. Incluso, para muchos expertos, la ventaja que ostentan los Medias Rojas (7.5 juegos), es demasiado grande para ser alcanzados y quizá ya se definió el duelo del sector Este.
No obstante, en beisbol nunca se sabe. El propio Boston lo vivió en la temporada del 2011, cuando al cerrar con 6-18 en septiembre, vio cómo Tampa Bay se lo pasaba llevando y lo dejaba fuera de la fiesta. En aquel momento, la diferencia eran ocho partidos de ventaja.
Ya veremos qué sucede.