El gobierno de Francia lamentó la expulsión de Nicaragua de la misión de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y llamó a las autoridades nicaragüenses a reconsiderar su decisión y que cese toda represión contra la población civil y se retome el diálogo nacional a fin de superar de manera pacífica la grave crisis que cumple 139 días.
Mediante un comunicado este 3 de septiembre, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia “deplora la decisión de las autoridades nicaragüenses de solicitar la salida de la misión de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos luego de la publicación de su informe sobre la situación en Nicaragua”, en el cual se desmiente la teoría del ejecutivo nicaragüense de que no hubo ningún intento de golpe de Estado sino que lo que se vive es una protesta cívica desde el 18 de abril.
El contundente informe del equipo de la ONU sobre la serie de violaciones a los derechos humanos en el marco de las protestas que ha dejado más de 400 muertos, miles de heridos y cientos de detenidos hizo que Ortega ordenara el viernes pasado la expulsión del equipo.
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El informe de la ONU, divulgado el miércoles en Ginebra, destacó el “clima de miedo” en Nicaragua tras la violenta reacción a las protestas antigubernamentales que exigen la renuncia de Ortega y de su esposa y vicepresidenta designada, Rosario Murillo, y el adelanto de las elecciones para que el pueblo elija un nuevo gobierno.
“Francia hace un llamamiento a las autoridades nicaragüenses para que reconsideren su decisión y cooperen con la Oficina del Alto Comisionado”, expresó el gobierno de Francia.
Cesar represión
También “renueva su llamamiento a las autoridades nicaragüenses para que cesen la represión, que ha causado varios centenares de muertos desde el 18 de abril, y para que concreten su compromiso con el diálogo nacional, que por sí solo creará las condiciones para una salida a la crisis pacífica y negociada” concluye el comunicado.
Francia se sumó a las condenas internacionales por la expulsión de la misión de la ONU, entre ellos Costa Rica, Estados Unidos y España; este último suspendió el programa de cooperación con la Policía Nacional nicaragüense debido a que es quien dirige a los grupos de choque y paramilitares para reprimir las manifestaciones ciudadanas.
El gobierno de Ortega contestó el informe de Naciones Unidas como una “extralimitación” de las facultades de la misión, por lo que le canceló la invitación al país. Al organismo de derechos humanos se les invitó a Nicaragua en junio pasado como parte de los acuerdos del diálogo nacional.
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