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Daniel Ortega y Rosario Murillo durante un acto partidario ante sus seguidores y trabajadores públicos obligados a participar. LA PRENSA/ EFE

Daniel Ortega y Rosario Murillo durante un acto partidario ante sus seguidores y trabajadores públicos obligados a participar. LA PRENSA/ EFE

Daniel Ortega empuja al Seguro Social hacia su quiebra

A tres meses para que finalice el año, el Gobierno no ha dado explicación de cómo evitará la quiebra del INSS en 2019

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Mientras Daniel Ortega se resiste a volver a la Mesa de Diálogo para lograr un acuerdo político y poner fin a la crisis actual, la situación financiera del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) continúa deteriorándose y se encamina a cerrar el 2018 con un déficit de hasta 3,700 millones de córdobas y sin que en el horizonte se perciban las condiciones necesarias para discutir y aprobar una reforma integral que evite su quiebra en 2019.

La ausencia de una reforma integral al INSS enrumbaría a la institución a la quiebra que pronosticó el Fondo Monetario Internacional (FMI) para 2019, cuando se agotarían todas las reservas para continuar haciendo frente a las obligaciones de la entidad con los afiliados y pensionados.

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La gravedad de las finanzas del INSS es tal que, según economistas, asumiendo que durante el resto del año los ingresos del INSS desaceleran su crecimiento, más de lo que se reduce el crecimiento de los gastos operativos, y que no se paga doble aguinaldo a los trabajadores de la institución, la entidad podría cerrar el 2018 con un hueco financiero de entre 3,300 y 3,700 millones de córdobas, el más alto de su historia en tiempos de democracia.

El déficit máximo estimado es 56 por ciento mayor a los 2,373.8 millones de córdobas del año pasado. “En todo caso, es preciso advertir que esta estimación está sujeta a un alto grado de incertidumbre, en tanto el resultado financiero final dependerá de factores que sencillamente no se pueden prever”, señaló uno de los economistas que prefiere no ser citado.

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Hasta junio de este año, el INSS registró un déficit de 539.3 millones de córdobas, agobiado por una desaceleración en los ingresos.

El economista dijo que “las reformas paramétricas (a las que el Gobierno ha apostado) no tienen como objetivo cerrar el déficit del año en curso, aunque puedan contribuir a hacerlo. Sino, ya sea afectar la trayectoria futura de los ingresos, aumentando su tasa de crecimiento, pero sobre todo reduciendo drásticamente el crecimiento de las erogaciones por pago de pensiones y prestaciones médicas, a un plazo de varias décadas”.

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Según el economista, una reforma de este tipo apuntaría a mantener la solvencia durante algunas décadas, y posiblemente se concentre en reducir drásticamente el crecimiento de las prestaciones (pensiones y prestaciones médicas).

Crisis empeora entorno

El problema es que la crisis sociopolítica actual, que estalló precisamente por una fallida reforma a la seguridad social para evitar que la entidad quebrara en 2019, ha agravado la situación financiera de la entidad, que ha perdido a más de cien mil afiliados en cinco meses. Las perspectivas no son alentadoras, puesto que Ortega se niega a escuchar a la comunidad internacional y diversos sectores locales para que retome el Diálogo Nacional, para superar la crisis sociopolítica y con ello abordar la urgente reforma que necesita el INSS.

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Una vez superada la actual crisis política y se retome las conversaciones para salvar al INSS, el especialista en seguridad social Manuel Israel Ruiz explica que antes de discutir y aprobar esta reforma se debe ordenar y hacer una serie de ajustes que, además de compensar el déficit financiero de la institución, prepararían las condiciones adecuadas para discutir y aprobar una reforma que garantice para el futuro la viabilidad financiera del INSS.

Según Ruiz, con solo que el Estado asuma el pago de la pensión reducida este año requerirá de unos 1,600 millones de córdobas. Además, al reducir al 6.25 por ciento los gastos operativos de la entidad, que actualmente andan por 13 por ciento, se ahorrarían unos 1,500 millones de córdobas. “Eso resolvería de manera transitoria el déficit del INSS superior a los tres mil millones de córdobas que se esperan para este año”, aseguró Ruiz.

Respetar autonomía del INSS

Sumado a esto, considera que se deben establecer una serie de ajustes cuyo primer paso debe ser que los gobiernos respeten la autonomía de la institución. Luego, que el Estado asuma el pago de las pensiones especiales no contributivas (a mineros y otros trabajadores), que se establezcan normas claras y específicas —similares al del resto de países de la región— para controlar las inversiones.

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Asimismo que se definan y regulen las obligaciones del INSS y de las clínicas previsionales, con respecto a la atención de maternidad-enfermedad y subsidios a trabajadores activos y pensionados.

“También que restablezca la asistencia médica a los 18 mil pensionados de invalidez que desde 1993 dejaron de recibir atención médica. Todo esto tiene que hacerse antes de una reforma. Primero hay que ordenar la institución y luego ver la reforma”, dijo Ruiz.

Para que la reforma sea aceptada por todos los sectores y evitar que esta sea fallida, el especialista en seguridad social José Dolores Gómez considera que es necesario cambiar a todos los funcionarios que dirigen el INSS, pues eso generaría la confianza que requiere la reforma, porque actualmente nadie confía en las autoridades de la institución.

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Además Gómez advierte de que para analizar con profundidad la verdadera situación del INSS se requiere una auditoría, es decir, más allá de las cifras que periódicamente publica el Banco Central de Nicaragua. “Hoy en día nadie cree en cifras que no sean auditadas y las cifras del INSS nunca han sido auditadas, entonces sin la información completa es difícil hacer proyecciones de cómo cerrará este año y de cuál será su futuro”, aseveró.

No hay condiciones actuales

Y mientras algunos economistas temen que la reforma sea presentada en cualquier momento, otros consideran que no están dadas las condiciones y que el régimen tendrá que esperar.

“La emisión de bonos del Ministerio de Hacienda y Crédito Público que se reflejó en el Presupuesto era precisamente para cubrir este déficit. Si no se han logrado colocar, la reforma es inminente. No solo para cubrir el déficit de este año, sino y sobre todo para que no se produzcan los masivos déficit futuros proyectados”, explicó uno de los economistas que prefiere no ser citado.

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En medio de los esfuerzos del Gobierno por colocar deuda para cubrir este déficit, las transacciones realizadas en la Bolsa de Valores cayeron 67 por ciento, con respecto a las realizadas en el mismo mes del año pasado.

Sin embargo, Gómez y Ruiz consideran que las condiciones no están dadas para que el régimen presente una reforma a la seguridad social y confían en que el Gobierno sabrá esperar el momento adecuado para presentarla.

Reforma catastrófica

Los especialistas en temas de seguridad social consideran que dadas las actuales condiciones de incertidumbre política y social que enfrenta el país, anunciar una reforma a la seguridad social en este momento sería un grave error. “En medio de esta recesión económica realmente sería catastrófico porque los empleadores pasarían a otro nivel de crisis. Lo mismo pasaría con los trabajadores, en este momento no se puede estar hablando de incrementar edad de jubilación ni otros cambios, hay que ordenar el INSS y luego en 2019 sentarnos a hablar de una reforma integral que perdure en el tiempo”, aconseja Manuel Israel Ruiz, especialista en temas de seguridad social.

FMI anunció fin de las reservas

La situación crítica a la que se encamina el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) ya había sido advertida por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que el año pasado en su informe completo sobre la revisión del Artículo IV reveló que debía priorizarse la reforma a la seguridad social porque sus reservas se agotarían en 2019. Para alargar la vida del Seguro Social, el organismo recomendó elevar la edad de jubilación y el número de semanas cotizadas para recibir una pensión.

“Las reservas líquidas del INSS se agotarán en 2019, lo que podría aumentar las transferencias del Gobierno para financiar las pensiones y los beneficios de salud. Se deben tomar medidas urgentes utilizando una combinación de medidas para mejorar la sostenibilidad, que, en la medida de lo posible, se deben introducir gradualmente”, alertó.

El FMI también advirtió que una vez agotadas las reservas del INSS en 2019 posiblemente la institución requerirá transferencia de fondos de parte del Gobierno, lo que podría convertirse en una amenaza para la sostenibilidad de la deuda pública.

Según el organismo financiero, aunque se realicen recortes en los gastos administrativos y de capital, el INSS solo logrará un “resultado sostenible” mediante la aplicación de una combinación de medidas dirigidas a los ingresos, costos, eficiencia y posiblemente al limitar algunos gastos.

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